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Tal y como había prometido, Harry acortó la jornada laboral de Alicia. Pero al contrario que ella, Harry trabajaba más. Se quedaba hasta tarde en la oficina y, a veces, volvía alrededor de la medianoche.

Por fin, llegó la tarde en la que Alicia se estaba preparando para la fiesta de Maddie.

—Vicky, ¿eres tú? —preguntó alzando la voz al oír pasos en el pasillo. Vicky asomó la cabeza por la puerta.

—¿Qué te parece este vestido? —Alicia giró una vuelta en redondo.

—Me parece que estás guapísima —respondió su hermana con entusiasmo. El vestido de noche color rojo le sentaba bien a Alicia. Estaba muy bien cortado y disimulaba su vientre. Se había recogido el cabello en un sofisticado moño, y se la veía alta y esbelta.

—¿Se me nota mucho que he engordado? —preguntó Alicia.

—Sólo un poco —Vicky sonrió—. Aunque, después de la tarde que nos hemos dado, debes haber perdido algún kilo que otro.

Vicky la había ayudado a pintar el dormitorio que tenían vacío en la casa. Lo habían pasado muy bien, ahora que Vicky acababa de empezar las vacaciones de verano y disponía de tiempo libre.

Sonó el teléfono y Vicky corrió a contestar la llamada.

Al cabo de unos minutos, volvió a asomar la cabeza en la habitación de Alicia.

—Me voy a casa de Jenny, nos vamos a reunir ahí algunas amigas. Una pequeña fiesta para celebrar haber acabado los exámenes.

—Está bien. Harry y yo te llevaremos en el coche a su casa —ofreció Alicia.

—No es necesario, Jenny va a venir a recogerme. Me voy a llevar el traje de baño porque, por la mañana, vamos a nadar un rato.

—Entonces, ¿no vas a venir hasta mañana por la tarde?

—Exacto —Vicky sonrió traviesamente.

—Bueno, necesitas descansar y divertirte después de haber estudiado tanto para los exámenes.

—Gracias, hermana.

Alicia sonrió para sí misma. Le gustaba ver a Vicky tan contenta. Le encantaba que viviera con ellos, y Harry se portaba maravillosamente con su hermana. Eso era algo por lo que lo quería aún más si era posible.

Alicia estaba sola en la casa cuando Harry volvió del trabajo.

—Empezaba a preguntarme si se te habría olvidado la fiesta de esta noche —dijo ella con una sonrisa.

—Perdona, me retrasé porque he tenido un par de llamadas a última hora —Harry la miró de arriba abajo—. Estás preciosa.

—Gracias.

Alicia se le acercó y lo besó.

—¿Te las arreglas bien sin mí en la oficina?

—Me las arreglo, que ya es bastante —Harry se apartó de ella y se quitó la corbata—. Vaya, me alegro de que el pintor haya pintado la habitación pequeña. Ya era hora. ¿Le has pagado con un cheque?

Alicia no contestó inmediatamente.

—¿Alli? —él se volvió y le lanzó una mirada inquisitiva.

—No, no la ha pintado el pintor, sino Vicky y yo.

—¿Qué? —Harry se la quedó mirando con expresión incrédula—. ¡Creía que ibas a descansar en tu tiempo libre!

—Lo sé, y me he tumbado un rato. Pero luego me sentía mucho mejor, más descansada, y Vicky me dijo que podía echarme una mano...

—Así que decidiste pasar el resto de la tarde subiendo y bajándote de la escalera, ¿verdad? —Harry había enfurecido—. Te has arriesgado a tener un accidente, has puesto en riesgo la vida de nuestro bebé.

MATRIMONIO DE PAPEL. Adaptación - HARRY STYLES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora