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Estampé mis labios contra los de la chica, la cual estaba que no se lo creía. Nunca retes al pianista Min Yoongi, creo que ya lo ha aprendido.

No me separé de ella hasta que sus labios no se movieron, y cuando lo hicieron, yo me encargaba de aumentar el ritmo hasta que me separé, eso la mantendrá callada.

En verdad, ni yo mismo se porque la he besado, simplememte creo que la cercanía que teníamos, sus insinuaciones accidentales hacia mi y que llevo mucho tiempo sin besar a alguien, me hizo hacerlo. No quiero tener esos pensamientos hacia Valentina, ella me ha acogido en su casa, y se que con el tiempo, comenzaré a pensar de otra manera hacia ella... Llevo tiempo sin sexo, desde que entre en el psiquiatrico, en concreto, como ser humano que soy, lo necesito. Y ahora mismo la chica es mi unica opcion. Pero eso la dañaría, asi que, Min Yoongi, controlate, por el amor de dios.

Cuando la volví a mirar, ella estaba tumbada como la deje, paralizada y en silencio. Aun estaba asimilando que la he besado, y, aunque no es gran cosa para mi, igual para ella si, no se sus circunstancias... Diablos Yoongi, igual tiene novio! O incluso marido!

-YG- Mira como te has callado, sigue asi

Volví a mi posicion de antes, curandola la pequeña brecha que tenía en la frente, eso debió doler.

Cuando termine mi labor de medico por un día, me levanté de la cama y mire a Valentina, que no había hablado desde que la bese. Esta estaba dormida, vaya, hace 30 minutos estaba quejandose cada vez que la gasa la tocaba la cabeza, y ahora se durmio mientras la cuaraba....que rara es

Me levanté de la cama lentamente, para no despertarla, pero fue imposible, la chica abrio los ojos levemente por unos segundos, pero despues se le volvieron a cerrar, se ve que estos días no ha dormido muy bien, ensayando con el piano. Una vez me levante y Valentina no volvió a abrir los ojos, sali de la habitación, con cuidado de que ni el suelo ni la puerta chirriaran. Estaba apunto de apagar la luz, pero me fije bien, y vi que la chica estaba temblando levemente. Observé una manta a los pies de la cama, asi que volví a entrar despacio dentro de la habitación, desdoblé la manta y se la extendí a la chica por encima, y tras eso, ya salí. Esta vez, si.

Iba directo a mi habitación, pero antes de llegar pensé. ¿Hace cuanto que no me bebo unos tragos? Mucho tiempo... Ademas, creo que eso me ayudaría a seguir escribiendo la historia que debo mandarle a la supervisora. Cambie el sentido de mi marcha y bajé a la cocina y comencé a buscar en los armarios y nevera, en busca de algo que contenga alcohol. Antes de salir del psiquiatrico me adviriteron de que cuidara mis niveles de alcohol, pero por una vez que tome, no pasa nada. Busqué y busqué, pero no encontraba nada. ¿Esta chica no tiene ni un misero chupito?

En el cajón mas escondido de toda la maldita cocina, se encontraban las bebidas. A fin las encontré. Al abrirlo, solo vi en las primeras filas cervezas, vinos y cosas de poco alcohol, nada de lo que buscaba en un principio, pero me aguantaré con esto. Saque una botella de vino, para echarme una copa y subir a la habitación, pero, para encontrar tesoros hay que cavar, ¿no?

Detras de la hermosa botella de vino, se encontraba una cosa aun mejor, mucho mejor. El mejor amigo que alguien puede tener. Vozka. Una hermosa botella de Vozka. Que se note mi amor por el alcohol...

La cojí, vertí un poco en un baso y la guardé de nuevo de donde la cojí. Tanto tiempo buscando para solo ver 3 centímetros cubicos de Vozka en un vasito.... Que desperdicio de tiempo, pero eso ya son unos cuantos grados de alcohol...

Salí de la cocina, con mi vasito de Vozka, mas feliz que una perdiz, y volví a mi cuarto. Me senté en el escritorio frente al portatil, posé el vaso en la mesa y suspiré.

SobredosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora