𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐫𝐞𝐦𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫 𝐦𝐞

❝niebla- depresión❞

La sensación era extraña, mis pies caminaban por la mojada hierba del cementerio, pero mi cuerpo se mantenía a flote ente el recuerdo abrumador de la última vez que estuve allí.

Hacía unos minutos que habíamos dejado atrás el duro cemento por el que pasan los coches, y ahora nos encontrábamos caminando a paso lento hacia las tres lápidas.

── Estamos cerca.- La voz gruesa de Peter retumbo entre mis oidos devolviendo mi cuerpo a la vida en un instante.

Le miré, sus ojos se parecían a los de Amelia, pero no iguales, los suyos estaban oscuros, llenos de tristeza; en cambio, los de Amelia brillaban incluso con poca luz, eran capaces de ipnotizarme si quisieran.

No dije nada y seguí mi camino agarrada de la mano de Delia, ella tampoco estaba contenta, a parte de la situación en la que nos encontrábamos, no la había visto sonreír en toda la mañana.
El momento nos estaba machacando tanto a ella como a mi, y esperábamos salir de él tan pronto como fuera.

*flashback*

── En que piensas?

Me pillo desprevenida. Estaba en un intento de tramar un plan para olvidarme de ella, de dejar este pequeño juego que habíamos formado en tan poco tiempo, dejar de verme con ella, y con suerte, irme del estado.
Mi plan era cobarde, quizás estaba plasmando mi pequeña cualidad en algo tan grande como el sentimiento que se estaba acumulando en mi interior.

Removia con delicadeza la cucharilla dentro de la taza de café, teniendo miedo de hacer más audible es sonido y que las personas allí presentes me mirase con incredulidad.
Una pareja que se encontraba a dos mesas de nosotras no dejaban de mirarme y cotillear entre ellos cosas inaudibles desde donde me encontraba sentada.

Miré mi ropa, era totalmente diferente a como las personas de la cafetería estaban vestidas. Mina llevaba un traje negro con un mono violeta.
Todos vestían de marca, estúpidos ricos, lo único que hacen es juzgar a otras personas si son completamente diferentes a ellos, y yo tan sólo llevaba unos jeans negros, una blusa blanca y convers negras.

── ¿Por qué me has traído aquí? - Dije en un tono frío y mirando directamente a sus ojos. Joder, aún molesta los seguía viendo preciosos.

── Para...¿tomar un café?

── Es lo más obvio, pero porqué a este sitio, ni siquiera lo conozco.

── Vengo aquí casi todos los días...

"Quizás es el único lugar en el que ser egoista estaba bien visto" pense.

── Pero es que...- me incorporé un poco hacia delante para susurrar- Esos señores de allí atrás no dejan de mirarme...

Realmente la escena era penosa, desde cuando a mi me había importado lo más mínimo lo que la gente pensase?, solía fingir que no les escuchaba para no creermelo y no estar dándole vueltas durante días, pero era diferente si en cierto modo esas personas eran "superiores a mí", es decir, no podía juzgar si su cuenta bancaria tenía 7 números más que la mía, o si su ropa era realmente de marca o una simple imitación.
Pero tenían algo que yo no, ser capaces de juzgar a alguien teniéndolo frente a sus narices.

── No les hagas caso.

Me miró sin ninguna expresión en la cara.

── Lo siento no puedo estar aquí. - Quizás me poseía más la cobardía que otra cosa, eso era verdad.