Fuck... ¿me voy?

Confusión

Los siguientes días simplemente se había vuelto natural cruzarme con Gojo, primero intercambiando libros, hablando de información que encontrábamos por nuestra cuenta, hasta que naturalmente nuestros encuentros comenzaron a ser más cercanos y nuestras conversaciones por teléfono, más comunes.

"¿Hay alguna novedad?"

"No, pero mira este meme, es buenísimo." *Descargando foto*

"Jajaja, lo es. Aunque pensé que solamente veríamos lo de la información que estábamos recolectando."

"Si, también. Pero no seas tan seria, te pareces a Nanami y Megumi"

"Nanami es el señor rubio que vino la otra vez ¿No?"

"Si, aunque no es señor, tenemos la misma edad. XD"

"¿En serio? Jaja. Ups."

"Si. Pero bueno, ya que te pones seria ¿Te parece que nos veamos en persona a comparar las cosas que encontramos?"

"Me parece buena idea pero no quisiera que nos vieran e interrumpieran. Aún no es algo que quiera contar ¿Sabes?"

"Si, por eso pienso que sería mejor salir un día. Vamos por un café y ahí vemos todo esto. ¿Te parece?"

"Claro."

"¿Mañana por la tarde?"

"Perfecto, nos vemos saliendo de clase y nos vamos."

"Si. Descansa."

"Igual."

El teléfono terminó posado en mi pecho y un suspiro se escapó de mis labios. No me di cuenta el momento de estos días en que nos volvimos tan cercanos, al principio solo fue una persona del montón, después solo era mi profesor y ahora sentía como podía contarle como un amigo más, aunque sin saber que tan recíproca era la situación.

¿Pero qué estaba diciendo? ¡Claro que es recíproco! Solo es una amistad y ya, no es como que sea tan importante para establecer si se corresponde o no, solo es algo normal.

Esos momentos de duda, se habían vuelto algo menos extraño después de comenzar a comprender lo que pasaba y el apoyo de Satoru hacía más fácil la situación.

— Si, solo es eso. Yo no lo quiero, ni lo necesito, solo es el ritual... – Susurré antes de quedarme completamente dormida a la espera del día siguiente.

La mañana transcurrió tranquilamente como siempre, clases, chistes de Itadori secundados por Nobara y Megumi pidiendo que pusieran atención. Pasándonos tareas y apoyándonos con actividades, todo hasta la llegada de la tarde.

— Oye ¿Vienes a comer? – Preguntó el pelirosado.

— No, tengo unas cosas por hacer. – Finalmente me despedí y me alejé en dirección de la entrada del colegio dónde ya esperaba el profesor, con el uniforme y sus lentes obscuros que acostumbraba usar fuera de las instalaciones.

— ¿Lista? –

— ¿Trajiste los libros? –

— Si, los pedí prestados y los tengo aquí. – Los mostró.