El haberlo visto una sola vez con una mujer fue más que suficiente para sentirme molesta sin motivo. Pensándolo fríamente, es una estupidez que me enoje porque mi profesor tenga una vida o tenga una pareja pero también me molestaba pensar en que si ya tenía pareja desde antes que nos conociéramos, pudo haberla engañado conmigo. Yo he sentido ese tipo de traiciones en carne propia y nunca desearía que otra mujer experimentara algo así, por lo que tan solo pensar en que pude haber sido cómplice, me revolvía el estómago. Tenía que aclararlo.
Cada vez que intentaba armarme de valor para acercarme y preguntarle, algo sucedía. Supongo que es inevitable, él siempre ha sido una persona ocupada por el rango que tiene y mis ocupaciones de estudiante también me tenían absorta en otras cosas, pero la espina de la incertidumbre ahí seguía y no podía quitármela hasta hablar con él.
— ¡Ah, profesor Gojo! – Al verle de lejos, mis piernas reaccionaron por si solas, acercándome a él y todo el cuerpo reaccionó por si solo para llamar su atención.
— ¡Hey, Veranita! ¿Qué pasó? –
— Primero que nada ¿Podría evitar ponerme diminutivos? No me gustan. – Crucé los brazos. — Y en segundo lugar. Hay algo que quiero preguntarte. –
Ahí está, había roto la barrera del 'usted' para conversar en otro ámbito no laboral o escolar.
— Claro, dime. – Habló después de la carcajada que había soltado al asentir a mi primera petición, pero ahora su rostro estaba serio ¿Acaso presentía a lo que iba?
— Bueno... Pues ¿Recuerdas...? – Estaba lista, debía estar lista para hablarlo, no debía desperdiciar la oportunidad pero esta se me fue entre las manos cuándo la voz de una mujer se interpuso en la conversación.
— ¡Hey! Que bueno que te encontré. – Era esa mujer de melena obscura. ¿Qué hacía aquí? ¿Tan si quiera podía entrar a esta escuela? — Te estaba esperando en la entrada como me dijiste pero te estabas tardando tanto que decidí entrar. – Estaba recuperando el aire después de haber corrido hasta nosotros en cuanto lo vió, pero al momento en que nuestras miradas se unieron, su cuerpo se enderezó tomando una postura firme ante mi presencia. — ¿Ella es...? –
— Ah, si. Es Verana – ¿Qué estaba pasando? ¿Porqué me evitó la mirada cuándo le dijo mi nombre? — Bueno, creo que hablaremos de tu duda más tarde, tengo que irme. –
Jaló la tela de sus ojos hacia abajo, mostrando sus ojos azulados que simplemente dieron un rápido vistazo hacia mí antes de irse. Por su cuenta, la mujer me había clavado una mirada extraña ¿Confundida?... ¿Molesta?... ¿Curiosa? No podía decifrarla, ni tuve el tiempo suficiente para hacerlo antes de que se diera la vuelta y siguiera al mayor.
De nuevo, la oportunidad de hablar sobre el tema se me había esfumado pero al ver a la mujer, mi duda solamente había crecido. ¿Sería qué realmente fui cómplice de su engaño? Ojalá no fuera así.
El estómago se me revolvía y ese sentimiento de molestia se comenzaba por concentrar en el esternón. Nunca podría lidiar con la idea de haber sido parte de algo así pero ¿Porqué me molestaba tanto? ¿Realmente era solo por eso?
La cabeza se me había vuelto una maraña por completo al haber terminado por obtener más preguntas que respuestas gracias a este infortuito encuentro de los tres. Tenía que saber lo que sucedió esa noche. Tenía que comprender lo que me sucedía. Esto no es normal, yo no soy así.
— Oye ¿Porqué tienes esa cara? Pareces tlacuache aplastado. –
— ¿Eh? – Levanté el rostro y tan radiante como siempre, se acercaba el chico de cabello rosado.

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Fuck... ¿me voy?
FanfictionCada cabeza es un mundo y nunca podemos terminar de conocer a las personas como son, pero ¿Qué sucede si accidentalmente descubriste una faceta que nunca debiste haber conocido de alguien quién no debías? Alguien como... Tu profesor. ♡La historia s...