(POV AOMINE)
Hoy no tenía ganas de hablar con nadie, mucho menos quería asistir a clases o al entrenamiento del club de baloncesto. La Winter Cup había terminado la semana anterior y nuevamente había fallado en conseguir el campeonato, teníamos el trofeo de segundo lugar, aunque para mi orgullo eso era lo mismo que nada.
Chasqueé la lengua de solo recordarlo, sintiendo el mal humor apoderarse de cada parte de mi cuerpo. Ni siquiera el frío suelo de la azotea; en el que dormía casi todos los días, me resultaba cómodo.
Aquella sensación de frustración y revoltijo de tripas, era muy similar a la que había sentido después de perder ante Tetsu el año pasado. ¿La diferencia? El peliceleste tenía unos motivos tan inocentes como él mismo, mientras Akashi era una mente calculadora que se apuntaba la millonésima victoria a su favor.
Como si eso no fuera suficiente, todo se complicaba aún más por el juego o apuesta que habíamos acordado los 6 integrantes de la Generación, poco antes de que iniciara el torneo. Para hacerlo más divertido, había dicho Akashi y todos; tentados como abejas a la miel, terminamos aceptando. ¡Qué estupidez hacerlo!
"Aquel que gane podrá pedirle cualquier cosa a los demás, sin posibilidad a que se nieguen"
Esas habían sido las palabras exactas del heterocromático, y ahora todos nos encontrábamos en sus manos, como si le hubiéramos dado una hoja en blanco con nuestra firma, aceptando que hiciera con nosotros lo que quisiera.
—Maldición —mascullé por lo bajo, abriendo los ojos.
El cielo se mantenía tan gris como los días anteriores, las nubes avanzaban con una lentitud espantosa y mi estómago se retorcía de impaciencia. ¿Cuánto más tendría que esperar para saber lo que el pelirrojo tramaba? Era obvio que nada bueno saldría de todo esto.
No pude evitar preguntarme si mi pequeña sombra se encontraría igual de angustiado.
Había albergado la esperanza de obtener la victoria tras derrotar al equipo de Murasakibara, llegué a la final con la confianza en lo más alto, saboreando mi libertad y la posibilidad de obtener aquello que tanto quería. Sin embargo, Akashi se encargó de arrebatármelo con el sonido del timbre, anunciando el final del partido.
Aún podía recordar con horrorosa claridad las escenas del último encuentro.
La estrategia de Too había recaído en el escenario de un uno contra uno entre Akashi y yo, sin embargo, él se adelantó a nuestros planes y lejos de aceptar el desafío, decidió evitarlo para dedicarse a desarmar al resto de mi equipo. Me hizo entrar en la Zona en el segundo cuarto para evitar que la brecha de puntos creciera, y se guardó su propia zona para el último cuarto, consiguiendo la victoria con un pequeño margen.
—Demonios —refunfuñé, girando hacia un lado.
Tendría que encontrar una mejor estrategia para derrotarlo el próximo año, aunque las posibilidades no eran muy alentadoras. Si tan solo Tetsu estuviera en Too no necesitaría de un equipo para poder enfrentarlo.
El recuerdo de aquella esperanza produjo un sabor amargo en mi boca, esa hubiera sido precisamente mi petición al peliceleste si conseguía la victoria; su traslado a mi instituto. De los otros ni me había molestado en pensar alguna orden, quizás alguna actividad vergonzosa o cualquier cosa que se me ocurriera en el momento, era la petición a Tetsu lo que realmente me interesaba y Akashi me la había quitado.
—Maldición —repetí, girando hacia el otro lado.
Fruncí el ceño al darme cuenta que una figura pelirrosa se acercaba con una amplia sonrisa. Fingí no verla y le di la espalda cerrando los ojos, hoy no tenía ánimos ni paciencia para escuchar alguna de sus interminables conversaciones.
ESTÁS LEYENDO
Nos vamos a Rakuzan
Fiksi PenggemarAkashi ha emitido una nueva orden para la Generación de los Milagros, sin imaginar todas las consecuencias que esto traerá. Nuevas aventuras les esperan a los chicos mientras van formando su futuro y el amor llega para reclamar su atención. Nadie di...