El día tan esperado por humanos y monstruos había llegado; Dream y Fundy se estaban casando.
La música entonaba perfecta para la ocacion, los invitados esperaban ansiosos la innovación.
Todos con miedo al ¿Que pasará? Pero nadie pensaba en el joven...
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❝ still into you. ❞
No podía contar los años en los que estuvo enamorado de ese chico. Con los dedos de una sola mano, no bastaba. Necesitaba su otra mano, la pareja de su mano, su lado fuerte.
Pero su lado fuerte había sido consumido totalmente por ese chico de escalofriante mascara sonriente.
En esos momentos, su mano fuerte estaba sosteniendo un sueño, un sueño roto y perdido en el tiempo. Que inocente.
Esa mano que tanto sostenía, con tanta fuerza, en verdad no merecía esa fuerza. Apenas dejo de apretar un poco su agarre, ese enmascarado huyo a brazos de otra persona, alguien lejano y que rapto el corazón del amor de su vida. Su primer y único gran amor.
« Dream fue tomado por una mano más suave, más tranquila, que, no era la suya. »
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Las relaciones son difíciles, más si son forzadas por el cariño de uno solo de los integrantes y por el interés de olvidar del otro.
Un paseo en el parque, lo único que le había pedido a su futuro esposo antes del casamiento. Algo normal, algo casual. Solo para bajar un cambio y que los nervios y malos augurios vuelen lejos.
Con sus dedos entrelazados, la caminata era ligera. La brisa que corría entre los árboles aliviaba todo mal presentimiento de la boda al pelirrojo zorro.
El cariño y las mariposas volvían cada que recordaba que en unos días, estaría casándose con ese chico. Su futuro chico, no, su futuro esposo.
Todos los años de espera, todo ese tiempo invertido en buscar la atención más mínima del más alto, era todo un orgullo. Sus arduos intentos y paciencia valieron la pena. El chico por el que estaba enamorado, valía la pena. « Vales la pena, Dream... »
O al menos lo valía, antes, antes que todo pasara a toda velocidad.
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El día de la boda, todo iba según lo planeado. El vestido que el mismísimo esposo de ojos esmeraldas había pedido, estaba sobre los hombros de quién caminaba lentamente hacía el altar. Fundy lo notaba extraño, con la mirada pérdida entre los invitados. Cómo buscando a alguien.
« Talvez está nervioso... »
El lo estaba, ese zorro de plata, estaba con la cola inquieta, observando detenidamente como su novio llegaba frente a su nariz con el velo en su máscara.
Segundos después, el velo que cubría esa tétrica careta, desapareció. Dream procedió a quitarce lo que cubría lo más bello de su ser, su rostro.
