Rebirth.

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allí estaba la pareja de trajes rojos y negro en el callejón oscuro, abrazados como si algo o alguien los estuviese por separar.

por un lado se encontraba Jaemin, veintidós años, con su mano grande, huesuda y toda machacada en la cintura del chico a su lado, Jisung, dieciocho años, con su mano toda limpia y suave en el cuello del ajeno.

estaba contemplando a los peores criminales de toda corea del sur, y justo él había decidido "traicionarles" con la policía.

Jaemin y Jisung dieron unos pasos hacia adelante acercándose al chico que se encontraba a unos pasos de ellos, este tragó saliva y les miró a aquellos ojos sin fin que estaban posados en los suyos.

- Vamos acércate, Choi Soobin. - lo último que dijo Jaemin lo susurró formando una pequeña sonrisa en sus labios para mirarle atento.

Soobin no hizo más que asentir y comenzar a caminar hasta la pareja abrazada, no sabía que mierda podrían hacerle, pero fingía no tener miedo.

- Agachate, y mira a mi Jisunggie a los ojos. - ordenó Jaemin tomando a Soobin por el hombro y hacer que se agache.

dejó un beso sobre los labios de su pareja, y luego fué detrás de Soobin dándole un asentimiento de cabeza a Jisung.

Park metió la mano en su traje para sacar un arma, no era grande y tampoco parecía tener tantas balas, sólo unas tres.

Soobin volvió a tragar duramente un poco de saliva mirando todavía a aquellos ojos apagados.

y ahí fué cuando Park apretó el gatillo dos veces seguidas.

un tiro en uno de sus muslos, y el otro en uno de sus tobillos, sacándole dos gritos fuertes y agonizantes.

Jaemin tan sólo sonrió por su pequeño de dieciocho años cometiendo un asesinato más junto a su pareja.

le dió una pequeña guiñada de ojos al contrario y se acerco a Choi, quien se encontraba retorciendose de dolor ante los tiros que había brindado Park.

Jaemin miró a uno de los bolsillos de su traje y sacó dos cosas pequeñas, pero peligrosas.

un encendedor y una navaja reluciente con su mango color rosa clarito, era totalmente nueva y se notaba que nunca la había usado.

Na, acercó la pequeña navaja a los labios de quien estaba sufriendo y le sonrió tiernamente, pero sus ojos seguían perdidos.

- Te tocó juguetito nuevo, deberías de sentirte afortunado por eso, Choi Soobin. - le susurró al oído causando escalofríos por parte del amenazado.

fué bajando la navaja de a poco por todo el cuerpo ajeno hasta llegar a su pecho nuevamente rozando la cuchilla en sus pezones.

abrió aquella camisa azul clarito y miró los pectorales del más alto y tan sólo rió, tomó uno de sus pezones entre sus dedos todos lastimados.

y el otro con la navaja.

y así, cortó ambos pezones de Choi, dejando impresionado a este por lo tan malévolos que podían ser.

Soltó varios quejidos y gritos largos y fuertes, pero nadie podía escucharlo.

quién sabe donde estaban, era un callejón y lo sabía, pero no era un callejón de la ciudad.

Jaemin retrocedió y le dió el encendedor a su Jisung, dándole una guiñada de ojo otra vez.

- Dejo que lo hagas tú, mi amor. - le dijo con una sonrisa verdadera, se veían sentimientos esta vez en sus ojos.

- Oigan yo no quise traicionarlos, yo no hablé con la policía, quien lo hizo fue-

y sí, Jisung prendió fuego el cuerpo ajeno dejándolo ver correr por todo el callejón buscando agua o algo que pudiera apagar esa llama, pero le era imposible.

Jisung guardó su arma y el encendedor en su traje volviendo hasta su pareja la cual le miraba atento.

volvieron a abrazarse de la manera en la cual estaban cuando Choi Soobin había llegado a aquella especial cita que le pidieron.

Na y Park se dieron un beso apasionado mientras Choi seguía corriendo a su al rededor, pero sólo le ignoraron.

luego de unos pequeños segundos en ese beso, ya no había rastros de vida en el cuerpo del contrario, y la preja sonrió malevolamente.

arreglaron sus trajes y salieron del callejón lentamente con un barbijo color rojo y negro, que también combinaba con sus trajes.

eran los más buscados, y siempre debían ir bien tapados para que nadie llamase a la policía y los capturaran.

ambos sonrieron por última vez y caminaron unos cuántos kilómetros hasta volver a la ciudad.

suspiraron pesadamente al sentir otra vez todo el bullicio sobre ellos en la televisión, siempre vestían diferente.

por lo tanto no podían descifrar quién era quién, o dónde estaban e incluso si eran ellos mismos o los de las falsas identificaciones.

nadie sabía nunca nada sobre ellos y quiénes eran realmente.

ellos sólo querían ser felices juntos, si había algo que debían hacer para toda la vida, era estar uno al lado del otro.

sin separarse, ser como un dedo con su uña que siempre va ahí con él.

así eran ellos, pero realmente psicópatas.

debían volver a su departamento temporal, aún tenían una visita allí esperando.

¿no se conformaban con sólo matar una persona por día?..

PSYCHOPATHS   |   jaesung/chensung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora