Police and healing.

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se encontraban los pocos hombres que habían quedado de el señor Na, cargando el suave cuerpo de su novio herido, Park Jisung. Mientras que él seguía defendiendo de la policía que los seguía aún, no bajó su arma en ningún momento del día, más bien de la tarde. No podían librarse de aquellos bastardos que no se desenamoraban de ellos ni un puto segundo, Jaemin comenzó a desesperarse porque aquellos policías no paraban, además se suponía que no tenían la orden para dispararle a algún objetivo en la mira. Estaban completamente rodeados y perdidos allí, ya no tenían escapación del momento y eso hizo que Na se parara un momento en medio del camino y apuntara a los policías con sus dos armas, sus hombres se quedaron anonadados ante la acción de uno de sus jefes. Entonces hicieron lo mismo y esperaron por su jefe, pero no hubo avances o algún otro movimiento de él.

— vayan sin mi, saben muy bien lo que deben hacer con Sung. — dijo mientras miraba a los policías correr todavía hacia él con esposas y armas en sus manos. Jaemin nunca antes había sentido alguna otra emoción aparte de la del amor, por Jisung. Pero ahora, comenzaba a sentir tristeza por dejar a su pareja y él irse a la cárcel, y tal vez pagar toda su vida allí dentro, como un miserable. Cerró sus ojos y dejó salir una lágrima de estos, movió la mano en la cual tenía el arma y ahora apuntó a su cuello, y poco a poco iba apretando aún más el gatillo. Hasta que sintió una presencia a su lado y esta le quitó el arma de sus manos para comenzar a dispararle a los policías sin parar, hasta quedarse sin balas en ambas armas. Era Jisung, recuperó un poco la movilidad de su cuerpo, además no dejaría que se lleven a su novio, sin él claramente. Entonces se acercó a este y tomó de su cintura para plantarle un beso en su frente y darle un arma con el último disparo. Ambos apuntaron a los últimos policías se miraron, y simplemente dispararon para luego soltar una carcajada. Lo único que Jaemin, no sabía, era que esa sería la última carcajada que escucharía de Park en ese día hasta que volviera a despertar, su novio necesitaba cuidados profesionales y descansar después de tanto tiempo, y trabajo que tenían día a día. Pero aparte de eso, necesitarían una nueva casa, lo más rápido posible o aunque sea un refugio "seguro" dentro de todo. En esos momentos, no tenían tiempo para parar y pensar en donde habría un refugio cerca, solo debían correr y correr de una manera rápida hasta llegar a algún lugar de por ahí.

Al pasar de unos cuantos minutos llegaron a un lugar dentro de todo decente, una pequeña casita alejada de donde se habían habitado anteriormente, obviamente que la casa estaba habitada por una familia de asiáticos. Un padre, madre y la pequeña hija, pero como a Na le importaba más su Jisung que esa tonta familia, se adentró primero a la casa y de tres disparos asesinó a toda la familia allí.

— Acuesten a Sung en esa cama, y ustedes los demás limpien este desorden. Que nadie les vea y consigan rápido algún doctor de confianza, no podemos ir ahora mismo a un hospital siendo los malditos criminales más buscados. Joder. — se sentó sobre la silla donde estaba el padre de la niña y dejó el arma sobre la mesa, logrando llevar sus manos hasta su frente para acariciar de esta y luego tapar su rostro por completo con ambas manos. Soltó un suspiro largo y se levantó de aquella silla en dirección a su novio, tomó su mano con delicadeza y le sonrió, se acercó a su oído y le susurró que todo estaría bien. Al menos eso esperaba, su novio no podía morir justo ahora, y de esa forma tan miserable. Le miró de una forma tan suave y cariñosa mientras esperaba a que el doctor que había pedido llegase, tendría todo el dinero necesario para darle al doctor con tal de salvar a su pareja. Y si este decidía traicionarlos, el mismo Na Jaemin iría contra él y lo mataría aunque esté con la policía, no podía quedarse así sin más con el doctor rompiéndole los talones. Y dentro de unos cuantos minutos llegó el esperado doctor, y al entrar a la pequeña casita dió un saltito en su lugar, sorprendido de ver a Jaemin y su novio con una bala recostado en aquella fea cama.

— Acérquese, y dígame que es lo que puede hacer. Estoy dispuesto a pagar lo que sea.

— Si el herido tiene un balazo, solamente deberá pagar unos cuantos wones. Además es en la cintura, un lugar común para balazo.

— Bien, entonces cierre el hocico y empiece con su trabajo antes de que lo mate. — le dió una sonrisa y luego se esfumó de una manera rápida devolviendo su mirada a su pequeño en la cama. Acarició su mejilla y luego fue bajando de a poco hasta llegar a su abdomen, su mano se desvío hasta donde se encontraba la herida de bala y pasó suavemente su mano por encima de esta logrando ver las expresiones de Jisung de nuevo, la expresión de dolor en su rostro. Eso le hizo sonreír nuevamente, entonces se alejó dejando que aquél doctor hiciera lo suyo, lo que debía hacer para no terminar como todos ese día. Muerto.

— La herida de bala no fue tan lejos, no tiene horificio de salida. Deberé retirar la bala con cuidado, pero lo más probable es que..

— Es que qué maldito viejo, si él llega a morir juro que lo descuartizaré y venderé sus organos.

— Es que duela demasiado, no me dejó terminar señor. Disculpe, pero necesitaré que tome su mano y acaricie su pelo así está en tranquilidad y no intente moverse.

Jaemin asintió de una manera lenta, y se acercó de nuevo hasta donde estaba su Jisung, tomó de su mano y acarició su cabello a la vez mientras dejaba un beso en su frente esperando a que el señor presente hiciera su trabajo. Sintió un pequeño apretón en su mano por parte del menor a quien le estaban retirando la bala, y por eso dejó que hiciera más fuerza si todavía hacía falta, por lo que recibió una mueca de Jisung todavía sobre esa cama, miró su rostro y luego miró al doctor con mirada fría, y en forma de que iba a asesinarlo luego de esto, pero Jisung negó con la cabeza ante los pensamientos de Na, éste le volvió a mirar y solo relajó un poco su mirada y asintió nuevamente. Tomó en cuenta la opinión de Jisung, como siempre había echo, claro, aunque aún tenía la idea de hacerle daño a aquél doctor, pero debía contenerse.

Después de unos cuarenta o cuarenta y cinco minutos, el doctor terminó su trabajo allí, y por lo tanto estuvo hablando con Na Jaemin sobre el costo, y que no los delataría. Además, no sabía muy bien donde estaban ya que simplemente lo llevaron a la casa con la cara cubierta todo el camino, la dirección era indecible. Jaemin, no confiaba mucho en ese señor pero como había salvado a su pareja, dejó que se lo llevasen sin más, mientras que él se acercaba de a poco hasta la cama en donde se encontraba su novio, se sentó en el suelo mientras miraba aquél rostro que conocía exactamente a la perfección. Con esas expresiones y facciones de un ángel no tan ángel, pero que aún así, fuera como él quisiera ser, él mismo lo amaría a toda costa. No dejaría que nadie se lo arrebatara de sus frías y huesudas manos, porque Park Jisung le pertenecía a Jaemin, y Jaemin le pertenecía a Jisung. Cada uno estaba para el otro, en el momento en el que sea, ambos estaban para el contrario. Justo como ahora, Na dejó un beso sobre su cuello y tomó de nuevo su mano y la puso sobre su propio muslo.

— Sung, dentro de unos días no podremos hacer ninguna otra travesura de las nuestras. Estás mal, y sabes que eso me preocupa más que unos policías siguiendonos. Por esta vez, nos quedaremos en silencio y sin volver a llamar la atención, dentro de unos días volveremos a nuestra vida. Y será uno de los mejores crimenes que haremos, aunque ésta vez.. si deben saber que es lo que hicimos..

PSYCHOPATHS   |   jaesung/chensung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora