❛ Infieles Infernales ❜ | 异教徒 | XiCheng

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Mordió su labio inferior con sus colmillos afilados logrando que estos se cortaran y el sabor de la sangre se mezclara con su saliva, el cabello negro que solía amarrar en una coleta ahora estaba pegándose a su rostro y cuello sudoroso. Quería maldecir como era su costumbre y toque personal de su personalidad, deseaba gritar lo mucho que le gustaba lo que ese hombre le hacía a su cuerpo contra aquel sofá negro de cuero que golpeaba la pared sin ningún tipo de miedo a que los cuadros sobre ellos cayeran al suelo. Pero debía callarse o las pocas personas que podían seguir afuera podrían descubrirlos en sus actos ilícitos.

Jiang Cheng metió dos de sus dedos en su boca, la saliva corrió por la comisura de sus labios rosados e hinchados por los besos que había compartido con su acompañante hace solo unos momentos. Los lamió como si fuera aquél miembro que perforaba su trasero violentamente, dejando ver lo habilidoso que era con su lengua y la profundidad de su cavidad bucal. El sonido de sus pieles chocar junto a los suspiros o gruñidos de ambos no eran nada adecuados para el lugar en el que estaban.

—P-Profesor XiChen — Habló el menor cuando sus dedos abandonaron su boca debido al agarre del mayor sobre su muñeca. —¿Puedo? ¿Puedo ya?

El muchacho fue girado, quedando así su espalda contra el cuero que se pegó a su piel debido al sudor. Aquél hombre de cabello negro peinado hacia un costado, algunos mechones algo largos estaban empapados del sudor de su frente y caían rebeldemente sobre sus ojos ocre dándole un aspecto mas joven. La camisa que habitualmente estaba perfectamente colocada, ahora era un desastre de botones a medio abotonar, la corbata azul jade estaba tirada en alguna parte del suelo de esa oficina.

Lan Huan beso los labios de su amante mientras sus movimientos pélvicos se volvían más fuertes contra aquel punto dentro del menor, la zona celestial que lo haría sentirse en el famoso paraíso deseado por cualquier mortal, era golpeada como si fuera la entrada a un lugar nuevo e inexplorado. Las manos con las uñas pintadas de un lila y negro, se clavaron en los hombros del joven mayor cuando su orgasmo golpeó todo su cuerpo, dejándolo en la nube del clímax y con su espalda arqueada sintiendo como sus entrañas eran llenadas por el orgasmo del mayor.

El hombre sobre él dejó que su semilla llenará al menor, sintiéndose más lascivo al saber que esté lo recordaría cuando el líquido algo blanquecino comenzará a correr por sus hermosos y pálidos glúteos más tarde. Ambos se dejaron caer sobre el sofá, agotados por la actividad reciente que habían cometido en un lugar tan peligroso como era la oficina del profesor en humanidades y cultura, Lan Huan conocido como Lan XiChen.

Jiang Cheng trató de regularizar su respiración, su cuerpo estaba aún bajo el efecto de los tres orgasmos que había tenido en esas dos horas de pleno sexo intenso. El peso del hombre sobre su pecho no era lo suficientemente pesado, como si Lan XiChen estuviera reteniendo que su trabajado cuerpo aplastara al chico bajo él. La respiración del profesor estaba en su cuello, provocando una que otra cosquilla.

—Necesito volver a casa, mi hermano armará un escándalo si llego demasiado tarde — Mencionó el menor mientras intentaba hacer reaccionar al contrario. — ¿Profesor?

Un gruñido fue la respuesta.

El mayor se levantó, no sin antes volver a besar aquellos labios que tan obsesionado lo tenían. Sacó su miembro de la entrada roja e hinchada de su amante, provocando un suspiro por parte de este debido al vacío. Acomodó su ropa mientras evitaba ver el cuerpo desnudo de su alumno e iniciar una nueva ronda, la cual no podían permitirse. Jiang WanYin se levanto del cómodo sofá alejando el cansancio mientras se vestía con el uniforme. Una camisa blanca algo arrugada, pantalones negros y una corbata con colores plateados y azul marino.

Jiang Cheng se colocó su sudadera de color violeta oscuro con el logo de un loto en su espalda sobre el uniforme, sus zapatillas de deporte negras con algún que otro dibujo de su sobrino y peinó su cabello con los dedos para amarrarlo en una coleta descuidada. A pesar de que las reglas de la institución universitaria eran muy claras sobre la vestimenta adecuada y la presencia, el menor de la familia Jiang no le importaba, si iba a ser expulsado por vestirse como quería, él estaría orgulloso. Pero nada de eso había pasado y podía saber el motivo detrás de ello.