Importa lo que hay dentro

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(escuchen y repitan el multimedia durante toda la lectura para sentirla mejor).


Ruido, mucho ruido.

Eso es lo que sentía dentro mío. Gritos de desesperación por volver y decirle a mi madre que no soporto su comportamiento y prefiero trasladarse a España un año antes que quedarme con ella un minuto más.

Así es, otro estereotipo roto, pero esta vez a favor de mi madre. Y no, no todas las rubias somos tontas. 

Deseaba tanto volver a tener a mi hermano.

Pero ya me harté. No soporto más depender del gran Alex Sartori para solucionar mi vida.

Un recuadro, otro recuadro, y al final otro con hojas otoñales sobre esta. Frio viento del suroeste, de seguro lloverá más tarde. 

No quisiera ser mi madre, el estar sola en este inmenso lugar parecía la soledad completa.

Cuando llegué a la puerta principal, el llamado de mi nombre captó mi atención.

-¡Señorita Sofía, espere! – gritó mientras corría apresurada – llévese este sándwich con este jugo de plátano como agradecimiento, acéptalos por favor –me los ofreció-.

-Muchas gracias, Lorena – agradecí tomando los alimentos – no te preocupes, está bien, a veces hay cosas que no puedo soportar.

-La entiendo, a veces la señora Laura suele ser dura y fría con las personas. – confesó – Coma estos alimentos, los hice rápido, por eso no salieron muy bien que digamos –dijo apenada-.

-Así es, ojalá eso pronto cambie, –imaginé- y no tiene nada que ver que la comida esté mal, Lorena. Lo que vale es la intención y el cariño de la persona que te la ofrece.

-Gracias, señorita. –agradeció contenta- ¿Por qué va tan temprano a su colegio? Aún son las 8h28 –preguntó-.

-Tengo que ir a hablar con mi tía y Alina, ha ocurrido un malentendido –le informé-.

-Entonces la dejo, hasta luego y cuídese –se despidió-.

-Adiós, Lorena. –me despedí de ella- Tú también cuídate.

Luego de salir por la gran puerta, ahí estaba Marcó, el chofer de la familia, esperándome para ir hacia la casa de mi tía.

Enseguida entré al auto y le pedí a Marco si podía conectar mi IPhone para que cargue en la parte delantera del automóvil. Cuando la vitrina negra se cierra, dividiendo a mí y al chofer, opté por tararear las canciones que pasaban por la radio.

De repente, sonó mi canción favorita. Esa canción me hizo acordar a mi primera relación con Lorenzo, el mejor amigo de Alina, con el cual no me veo hace más de un año. Él y yo no pudimos estar juntos debido a que yo me necesitaba concentrar en mis estudios para ingresar a la "universidad perfecta", según mi madre. Mi hermano, Alina y mi padre me recomendaron no terminar la larga relación que teníamos, éramos la pareja perfecta pero no para ella. 

Recuerdo ese día perfectamente.

-flashback-(Narra Sofia).

Verano, clásico verano.

Gritos y mucho ruido de los niños jugando a ser príncipes de sus propios castillos, pero atrás estábamos los afortunados jóvenes que los cuidamos.

Sí, Lorenzo y yo.

Las cosas estaban muy tensas e incómodas entre nosotros. Hace poco menos de un mes habíamos cumplido 6 años de relación, pero ninguno de los dos lo recordó, de hecho yo sí lo hice. 

Vaso de Cartón - PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora