Parte 2

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William en estos momentos se encontraba en su cuarto con la respiración agitada y las mejillas sonrojadas. Su corazón latía desbocado y su mente era un caos, pidiéndole una sola cosa y esa era ir a entregarse a ese alfa desconocido.

-Esto no puede estar pasando- mientras rebuscaba en uno de sus cajones hasta encontrar su caja de supresores- Se supone que no debería tomarlos ya que me casare en menos de medio año pero siento demasiado calor.

Entonces tomo tres de aquellas píldoras pues se sentía como si estuviera a punto de entrar en celo. Él era alguien muy orgulloso y tener esta clase de necesidad primitiva lo hacía sentirse horrible. Sin embargo también su interior se sentía cálido y desgarraba su entrañas en placer, además no podía evitar recordar el delicioso olor de grosellas y almizcle, mezclados con un ligero aroma a productos químicos y cigarrillos dando como resultado una enloquecedora fragancia que hacía que el rubio solo quisiera que este lo tomara entre sus brazos y lo marcara.

Su ojos se abrieron de espanto por aquel pensamiento y se dijo a si mismo que ya estaba comprometido, que tenía una prometedora vida por delante y que su "destinado" era un inconveniente en sus planes. Definitivamente no quería verlo otra vez ya que ni siquiera lo conocía y ya había hecho estragos en su persona con su sola presencia.

-¿Hermano porque lo trajiste?- pensaba el rubio acurrucado en el suelo mientras esperaba que hicieran efecto los supresores, ya que era consciente de que Albert no hacía cosas al azar ya que este era demasiado inteligente y seguramente tenía algún plan o intenciones que no estaba dejando ver.

Mientras tanto Albert le estaba contando la situación a Sherlock que ya se había calmado un poco, pero su parte alfa se retorcía en sufrimiento por no poder estar al lado del omega al que ya consideraba como suyo. El otro alfa observaba sus reacciones y palabras determinando que había mucho potencial en este. Se estaba divirtiendo bastante con verlo sufrir pero si todo salía bien William sería capaz de ser feliz y amar de verdad.

-¿Entonces me estás diciendo que mi omega va a casarse?- dijo este sintiendo una gran furia en su interior ya que había alcanzado a percibir el aroma de otro alfa en el rubio y ahora todo tenía sentido.

-Ajá ¿Va a hacer algo al respecto? El señor Moran y William están de acuerdo con este compromiso, además nuestros padres lo aprueban.- dijo Albert probándolo.

-Estoy seguro de que Liam también sintió nuestra conexión. Diablos necesito una excusa para venir aquí- dijo este maldiciendo su suerte, ya que no pertenecía a la clase alta pues solamente era un humilde detective.

-¿Liam? Nadie se ha atrevido a ponerle un apodo a William, usted es un descarado señor Holmes- se río Albert- no se preocupe tengo un plan.

Como el hermano mayor de los Moriarty era un alfa, se preocupaba muchísimo por William y Louis, quienes eran un omega y un beta respectivamente. Así que lo único que quería era que ambos fueran felices. Al principio acepto de buena manera el compromiso entre su hermano menor y el coronel Moran, ya que veía que este era un buen hombre aunque hubiera rivalizado con él al inicio. Albert como alfa y hermano protector no veía con buenos ojos a quienes se acercarán al rubio, pero el señor Moran realmente parecía amar a William y dispuesto a darle todo lo que este quisiese. Así que Albert lo acepto pues su hermano menor ya había dado su aprobación permitiendo que el coronel lo cortejara y accediendo a no tomar supresores. Pero cuando estuvo atendiendo asuntos en el centro de Londres se topó con el detective dándose cuenta de que posiblemente era el destinado de William, así que le puso una prueba y este aprobó satisfactoriamente. De esa manera Albert supo que su hermano sería mucho más feliz con este sujeto excéntrico así que comenzó a idear un plan, el cual le estaba contando en este preciso instante al detective.

Compromiso y huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora