Compromiso y huida

Parte 3

William en su habitación estaba bastante avergonzado pues era demasiado consciente de la clase de mirada que le daba el señor Holmes, toco su garganta sintiendo su pulso acelerado y nuevamente tomo otro supresor pues estaba seguro de que su destinado intentaría muchos más avances cuando estuvieran en la ciudad. Su parte racional le decía que sería mejor esperar a mañana cuando Louis pudiera acompañarlo pero su omega interior le rogaba más tiempo junto a su alfa, además no quería causarle problemas a su hermano menor así que se tragó esos sentimientos y se mentalizo para mantener la cabeza fría cuando fueran a ver su traje para la fiesta de compromiso.

-Solo tengo que aguantar y eventualmente él se cansará, yo me casare y el asunto morirá ahí ¿verdad?- era el pensamiento de William.

Cuando estuvo listo fue a la entrada y en su cabeza llevaba un ornamentado sobrero de copa, típico de los omegas de clase alta, para que todos a su alrededor reconocieran su estatus. William lo detestaba pero era parte del protocolo de los nobles y no quería que nadie hablara mal a sus espaldas porque eso podría traerle problemas al señor Moran. Así que se vistió de la manera tradicional con guantes blancos y un traje a juego. Además llevaba consigo una sombrilla de encaje blanco, la cual su escolta tendría que llevar para cubrirlo del sol. Entonces cuando se acercó al carruaje Fred ya se encontraba en el asiento del conductor y Sherlock miraba con ojos hambrientos al rubio

-Liam... te ves hermoso.

-Gracias pero su comentario está fuera de lugar, ahora tenemos que irnos. Después tengo que seguir con mis actividades de la tarde.- dijo con tono frío como si estuviera evitando demostrar emociones.

-Te ayudare a subir al carruaje- mientras le ofrecía su mano y le guiñaba un ojo.

-No necesito su ayuda puedo hacerlo por mí mismo.

-Está bien, al menos déjame sostener tu sombrilla- dijo este con tono divertido, adorando como William aun en cosas tan pequeñas como estas quería ser independiente. Sin embargo su instinto como alfa le dictaba que debía ayudar a su omega.

-De acuerdo, aquí tiene- mientras se la entregaba, pues tampoco era bien visto que un omega rechazar la ayuda de su escolta. La sociedad tenía patrones rígidos de conducta y los omegas no debían contradecir o mostrarse altaneros con ningún alfa, por más que fueran pasados a llevar por estos. Los escoltas estaban allí para defenderlos de otros alfas y era recomendable que los protegieran hasta que el alfa que los había marcado pudiera acompañarlos. Era bastante triste la situación de aquellos que están en la base de la pirámide social pero William se adaptaba a ello, con la esperanza de que una vez estuviera marcado, paradójicamente, sería más libre.

Una vez William estuvo arriba y sentado al lado de Sherlock, Fred puso en movimiento el carruaje cuando hizo que los caballos comenzaran a trotar.

-Liam, aprovechando esta instancia háblame más de ti.

-No lo creo necesario señor Holmes.

-Soy muy bueno deduciendo cosas, por eso me convertí en detective- dijo este riendo estruendosamente como si hubiera dicho el mejor chiste de la historia.

-¿Ah sí?- dijo este levantando una ceja ante el exceso de confianza de su destinado, así que lo miro desafiante pues nadie más podría verlo y reprenderlo por aquello- ¿me daría una demostración?

-Todas las que quieras, Liam- mientras nuevamente le guiñaba un ojo satisfecho por haber captado el interés de su omega, pues ya lo consideraba como tal.

-Usted gusta de fanfarronear, empiece- dijo con tono de voz arrogante e incrédulo mirándolo de manera altiva.

-En primer lugar Albert y tú no son hermanos de sangre.