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Bokuto y Akaashi no se llevaban bien. Desde el primer momento que se conocieron supieron que no serían compatibles en la pista.
Desde el punto de vista de Akaashi, su superior era infantil y demasiado dramático; no se tomaba las cosas en serio y siempre entorpecía al equipo con su carácter. Akaashi odiaba a las personas que eran difíciles de tratar.
Desde el punto de vista de Bokuto, Akaashi era un soso que no tenía el suficiente coraje como para dejarse la piel en el juego. Bokuto necesitaba personas dispuestas a dejarse en la cancha, no compañeros aburridos que se avergorzaran de sus pasiones o incapaces de dar siempre un poco más.
Al principio, el resto del equipo se lo tomó como una relación difícil. No le dieron mucha importancia. Bokuto y Akaashi se ignoraban la mayor parte del tiempo y así funcionaban. Sin embargo, con el ascenso de Bokuto a capitán del equipo, los roces entre ambos se han vuelto inevitables. Akaashi, prácticamente colocador titular, no era capaz de seguir el ritmo a su nuevo compañero. El haber pasado un año ignorándose entre ambos solo había propiciado que, en la pista, ambos jugadores fuesen completos desconocidos para el contrario pese a estar el mismo equipo.
La maravillosa idea de que estirasen juntos había sido de Konoha, quien dejó caer en una reunión secreta del club (una creada precisamente para solucionar el problema de su capitán y el pelinegro) que podrían conocerse mejor si eran forzados a trabjar juntos o a compartir algunos minutos entre ellos. Convencer al entrador fue pan comido y, desde entonces, las parejas de estiramientos se han mantenido de tal forma en la que Bokuto Koutarou y Akaashi Keiji siempre terminen juntos.
Konoha deja escapar un quejido notando las manos de Sarukui tirar de su pierna intentando ponerla tirante mientras la despega del suelo y se acerca más a él.
--Hijo de puta --espeta tumbado en el suelo--, que no bailo ballet. Como tires un poco más te juro que me cago encima.
El castaño suelta una gran carcajada y deja de tirar. Una vez que deja su pierna en el suelo, se acerca a la otra para levantarla y seguir el mismo procedimiento que tanto odia Konoha.
--Hoy están callados, ¿verdad? --murmura Konoha, ganándose una sonrisa de su compañero.
Sarukui le hace una seña discreta para que mire a su costado, y eso hace. Aun de costado, desde el suelo y estando algunos metros alejados, puede ver cómo su capitán y Akaashi parecen tener dificultades con la elasticididad del segundo. La pierna de Akaashi no parece encontrar límite y el mayor de los dos está cada vez más cerca de su cuerpo. Sin embargo, sorprendentemente Bokuto parece muy divertido con ello, mientras que el pelinegro parece estar en las últimas.
--¿Estás sonrojándote? --suelta Bokuto solo para molestarlo.
Konoha lo ha escuchado alto y claro, al igual que el resto de sus compañeros, que dejan lo que están haciendo para mirar a la pareja con una sonrisa aliviada (porque no están peleando) y una gota de sudor cayendo por sus sienes. Al menos eso era mejor que escucharles gritarse o echarse mierda al uno otro.
--N-ni lo sueñes --murmura un abochornado Akaashi.
Por lo visto, la solución al problema parecía haber sido demasiado efectiva... pero nadie se quejaría de ello.
