Capitulo 4 Quintillizas

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Narra red.

mi cuerpo surcaba el cielo nocturno, la barrera que muy pocos humanos rompen, surcar el cielo, pensé que mi primera ves en cielo seria cuando me fuera Japón, creí que este momento nunca llegaría, pero aquí estoy, solo... por que todos tienen que morir. Mire a mi amigo en mis brazos, su cuerpo, y... no pude evitar llorar, pensar que mi amigo, aquel que fue el mas humano de esta ciudad, el que me protegió y no me abandono. me dolía saber que ya no estaba...

sentí como mis parpados me pesaban, no había pensado todo el desgaste que debe estar pasando mi cuerpo en esta situación.

-solo un poco mas. -hablo con un notorio cansancio en su voz, batallando para no quedar inconsciente. -ahhh... tengo que descender... -rápidamente se dio cuenta que ni siquiera el sabia como estaba volando. -rayos creo que tendré un aterrizaje forzoso.

mis parpados estaban por caer, me habia resignado ya ante la idea que no iba a sobrevir, agotado cerré los ojos, a sabiendas que eso significaria mi muerte.

-¿eh? -sin darse cuenta abrió ambos ojos al instante notando que estaba descendiendo lentamente. -es como si alguien estuviera controlando mi cuerpo -pensó incapaz de sentir la sensación del tacto en su piel, y sin poder realizar ningún movimiento.

Desciendo lentamente, una vez la punta de mis pies tocó el suelo, volví a sentir mi cuerpo, pero también senti el cansancio en mis extremidades.

-¿Dónde estoy? -miro el lugar donde estaba, percatandose al instante que estaba a las afueras de su casa. -¿Cómo es posible? Estaba lejos de este lugar cuando perdí el conocimiento.

Mire todavía atónito el echó de estar en mi casa, quería seguir indagando acerca del tema, pero mi debilidad se apoderó de mi cuerpo, apunto de desmayarme opuse resistencia con todas mis fuerzas.

-no tengo tiempo para pensar, tengo que enterrarte -observo el cuerpo de su amigo, y acto seguido lo puso en el suelo. -espero no tardarme mucho.

Metí una mano en la tierra del patio, haciendo que mi mano entrara y pudiera sacar algo de tierra, seguí sacando tierra, en poco tiempo ya había conseguido cavar un agujero lo suficientemente grande.

-bien... Perdóname Pero es todo lo que puedo hacer por ahora, prometo que volveré -sujeto el cuerpo del perro. Sin darse cuenta los músculos de sus brazos se habían tensado, y sus ojos se envolvían en una capa cristiana. -gracias por estar conmigo.

Finalmente deje reposar su cuerpo en el agujero, mirando por última vez, empecé a lanzar la tierra al agujero, viendo cómo poco a poco se dejaba de ver el cuerpo de mi amigo.

No pude siquiera decorar su tumba, orar por el, no tenia tiempo, y... Sentí como si fuera a caer desmayado, no tenía tiempo tenía que tomar mis cosas he irme.

Abrí la puerta, desatando una capa de polvo que salió de la casa, mis ojos se bloquearon en ese momento a causa de la nube de polvo, Pero no podía detenerme. Subi las deterioradas escaleras hasta llegar a mi viejo cuarto.

-sigue igual. -expreso con nostalgia, viendo su cuarto, Pero rápidamente sacudió su cabeza, no tenía tiempo para ponerse de esa manera, así que fue a su antigua gaveta, abriendo el cajón tomo diferentes objetos y los metería en un bolso que colgaba de un perchero.

sali a máxima velocidad de la habitación, cerrando la puerta a su espalda, escuchándose un portazo que resonó por la habitación.

-no me queda mucho tiempo. -pensó bajando la gradas que le llevaban a la sala, pero sus ojos se cerraban repetidas veces a causa del cansancio. -¿eh? -sin darse cuenta habia pisado mal un escalón y estaba apunto de caer de estas al suelo desde una altura alta.

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⏰ Última actualización: May 10 ⏰

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