Capítulo 5: "Ángel caído"

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Me levanté y no podía dejar de pensar en lo que había pasado ayer, no lo podía creer. Lo que más me costó asimilar es que me gustó. No podía permitir que sucediera esta locura. Para evitar sentir algo por la persona equivocada decidí elegir a otra para olvidarme de él. Un clavo saca a otro clavo, ¿o no?

No puedo sentir esto por Luc porque es de mi familia y no puedo permitirme tener un sentimiento tan amoroso por un hermano. Además, soy mala con las relaciones amorosas y no quiero arruinar este trato tan hermoso que teníamos COMO HERMANOS. No quiero arruinarlo pasándolo a algo que no es. ¿Y si esto está mal? ¿Y si deberíamos ser algo más y yo lo estoy evitando? Total, es solo mi hermano adoptivo, no somos hermanos de sangre, ¿no? Noooooo, ¿qué estoy diciendo? Es mi hermano mayor, adoptivo o no, es mi hermano. ¿Y si nada más deberíamos ser hermanos? Un sentimiento así no surge de la nada, ¿verdad? Si algo se siente tan bien, no puede ser algo malo, ¿o sí?

Por todos estos cabos sueltos, es que no podemos ser algo más. Es mi hermano.

Hoy no tengo ganas de hablar con nadie, y menos con Luc. No entiendo bien lo que siento, ni lo que pienso. Necesito espacio para ordenar mis sentimientos y así cuando hablemos poder decirle lo que en verdad quiero.

Luc está muy insistente con hablar y siempre tenemos la misma charla:

-¡Necesitamos hablar ya!- dice Luc

-Ahora no.

-¿Qué pasa, tenés miedo de lo que pueda pasar?

-En serio Luc, no. Dejá de insistir.

Estuvo muy pesado todo el día. No sé lo que quiere confesarme ni tampoco sé si quiero saberlo. Lo único que sé es que quiero ir a la fiesta de Ethan de esta noche, para olvidarme de mis problemas estando con otro. Arreglé para ir con Lucy.

Decidí vestirme con una minifalda negra de cuero y un top plateado. Mi pelo es tan largo que no sé qué peinado hacerme. Entonces decidí que ya que estaba teniendo muchos cambios internos, por qué no demostrarlo de la forma externa. Fue ahí cuando agarré la tijera de mi escritorio y corté el pelo sin dudar un segundo. Lo corté un poco más arriba de los hombros.

Al mirarme al espejo me parecía que no estaba mal, ya que era un look distinto y bastante atrevido. Decido dejar el pelo suelto, para innovarlo.

Al salir de mi cuarto me cruzo con Luc en el pasillo. Por su expresión parece que vio un ángel. Estaba comiendo una manzana roja y al verme se quedó paralizado y se le cayó al piso. Le pregunté si le pasaba algo y aunque lo intentó, no pudo pronunciar ni una palabra. En ese momento me di cuenta de que lucía mejor de lo que pensaba. Al darme cuenta de que no me iba a responder, le dije:

-Yo bajo, voy a una fiesta.

--Bueno...-le costó pronunciar.

Estaba por pisar el primer escalón cuando él dijo:

-Esperá -me dí vuelta lentamente y lo miré directo a los ojos.

-Estás hermosa Enana-

Revoleé los ojos y seguí caminando porque no quería sacar el tema de vuelta. Él bajó conmigo.

Estábamos bajando los escalones, cuando me di cuenta que me olvidé el celular. Fue entonces cuando, volviendo a mi cuarto, volví a escuchar ruidos desde el cuarto de Adam.

Empujé la puerta sin pedir permiso nuevamente y al abrir llegué a ver una silueta entrando al armario de nuevo. Esta vez iba a desenmascarar a la culpable hasta que escuché un grito desesperante que provenía de la cocina, era el grito alarmante de mi madre.

Contra la CorrienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora