No era capaz de hacer conjeturas,
no me salía una risa una mueca.
Patee las piedras de paren par, no quise mirar la silueta de la soledad.
Volví como el asesino al lugar de los hechos, sentí el olor a fuga, a huida.
Quise noquear los sentimientos de un solo golpe, quise perderme en cada lágrima, no me fue suficiente.
Supe que el masoquismo no me iba a salvar; al contrario me estaba matando a llagas. Quise apañar un poco tu ausencia, fingir que ibas a regresar a cuentagotas.
Tan maquiávelica, tan insensata. Eras un poco demonio con alas que no volaban.
Aterrizabas en corazones canallas, en visperas de paz y demencia.
Lucí de a poco mis miedos, jamás quise encontrar latidos y aceleraciones prohibidas. En ti coloque una estaca de marfil y una cruz de esperanza.
Ahora debes de saber que no miento cuando pienso que no va amanecer. No abro las pupilas, no cierro el grifo de las heridas, no río, no lamento.
Solo pido retirada de armas y de sueños. De olvido y de inmunidad. De cosas sin efecto y de causas insaciables.
[No me beses por última vez]
