The Fire Starter

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El fuego invadía el bosque cuando llegó la brigada de bomberos.

Ulrik, que era el conductor del coche bomba, miró hacia lo alto del bosque, hacia donde el fuego todavía no había llegado. Salió del coche y se dirigió hacia allí sabiendo que tal vez, si el fuego llegaba a esa zona, no saldría con vida. 

Caminó con cuidado por el bosque. Sabía que en esa zona había osos y otros animales peligrosos por experiencia propia. En un momento miró hacia atrás, donde estaban el camión y sus compañeros, y se dio cuenta de que el fuego estaba cediendo al agua.

Y fue ahí cuando la vio.

-Has tardado en venir- dijo la joven mujer de pelo rojo como el fuego y piel blanca como la nieve-. Pensé... pensé que no vendrías- la mujer lloró desconsoladamente y tiró el fósforo apagado con el que inició el incendio. 

Él, conmovido y triste a la vez, pero feliz de volver a verla, la abrazó con toda intensidad.

-¿Por qué has hecho esto?- Le preguntó Ulrik.

-Porque me sentía sola aquí tan lejos de la ciudad, de todos, de ti, y quería verte por última vez. Sólo así podrías venir...- lo observó y lo volvió a abrazar, esta vez como si fuese la última vez que lo haría. Lo besó-. Ahora me tengo que ir.

-No lo hagas... ¡No de vuelta!

-Lo siento... lo siento mucho. Perdóname.

La mujer se alejó hacia la profundidad del bosque mientras él intentó seguirla sin éxito. Ya era tarde.

El bombero, desconsolado, volvió hacia el coche y llevó a sus compañeros de vuelta a la ciudad, ya que el incendio se había apagado.

Ulrik, con un dejo de ilusión a pesar de la tristeza, miró hacia lo alto del bosque que los rodeaba, soñando y pensando, si podría volver a ver al espíritu de su amada esposa. 

El pájaro y otros cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora