1. El Viaje

7 1 0
                                    

A la mañana siguiente me desperté por la alarma del móvil –es muy molesta, la verdad– en cuanto encontré el móvil apagué la alarma y me quedé un poco más durmiendo hasta que alguien tocó la puerta.

–Dani levanta que se hace tarde– En cuanto oí la voz supe que era mi madre.

–Ya voy– Dije sin ganas.

Unos minutos más tarde ya me levanté, me fui al baño a darme una ducha de haga calentita y me vestí de manera cómoda, ya que si íbamos a ir en avión, tenía que estar cómoda para dormir más, después de ya hacer todo bajé a desayunar, estaba mi madre esperándome.

–Buenos días –Dijo mi madre mientras se tomaba su café en el sofá– Te he dejado el desayuno en la encimera.

–Buenos días – dije a mi madre bostezando y yendo a por el desayuno.

Después de desayunar cogimos todas las maletas que teníamos, que eran bastantes, y nos fuimos directos al aeropuerto, llegábamos muy justos. Como yo aquí en España no tenía muchos amigos, mejor dicho, no tenía, pues, obviamente, nadie vino a despedirse.

(...)

Felipe había venido hasta España para llevarnos hasta L.A.

–Hola, les estaba esperando– Dijo Felipe con su voz gruesa.

–Hola amor– Dijo mi madre dulce.

Que asquito -pensé-

– Hola– Dije vagamente por lo cansada que estaba. Madrugar no es lo mío.

Seguidamente nos subimos al avión. Felipe y mi madre se sentaron juntos unos puestos más hacia delante, yo estaba sola al lado de la ventana hasta que un chico de unos 18 años se sienta junto a mi.

–Hola, perdona, ¿puedo sentarme aquí? – Me dice el chico Rubio de ojos castaños, bastante alto.

–Si claro, no hay problema– Conteste dulce con una sonrisa.

–Muchas gracias– Me agradeció el chico.

Después de unos 10 minutos que despegó el avión el chico que tenía al lado se había dormido, que mono cuando duer... Dani no pienses así, es mayor que tú y ni lo conoces.

Al rato yo también me quedé dormida, estaba demasiado cansada para admirar al chico guapo que tenía al lado.

Ya pasó un buen rato, ya habíamos aterrizado y Felipe nos estaba llevando hasta su casa. Cuando llegamos no había nadie, me era extraño porqué se que tiene un hijo, aunque nunca le he visto, pero estaba la casa vacía. Me dijo donde estaba mi habitación, era super grande, estaba alucinado de lo bonita que era.

Después de desempecar todo, guardarlo en el armario y los cajones y de arreglar un poco la habitación a mi gusto, decidí bajar a tomar algo, me moría de hambre estuve con 5h en el avión, bueno en realidad no tengo ni idea de cuánto tiempo estuvimos, me quedé dormida, tenía mucha hambre, así que bajé a picar algo.
A mi sorpresa no había nadie, y no tenía ni idea de donde estaba la cocina, me puse a inspeccionar la casa entera y por fin la encontré, era enorme, el Sr. Boss es millonario, fijo, abrí la nevera y había un montón de cosas, pero cogí un yogurt natural, le puse azúcar y pa dentro.

(...)

Ya pasó un rato, Felipe y mi madre ya habían vuelto, me si cuenta de que me faltaban zapatillas, osea ropa tenía un montos pero zapatillas solo 3 pares, así que, le pregunté a mi madre si podía ir a comprar, ya que no quiero gastar mi dinero le pido a ella.

–¡¡¡Mamaaaa!!!– Dije chillando mientras bajaba las escaleras a toda leche. – ¿Puedo ir a comprar zapatillas?

Mi madre contesto con un simple "Sí", me dijeron donde estaba el centro comercial y me fui andando, ya que tengo 15 y aún no puedo conducir una moto, no hasta los 16, espero que venga ya mi cumpleaños.

(...)

Sin límitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora