Both Sides Now

Parte dos

From give and take and still somehow

***

Después de una sesión de convencimiento mucho más larga, tanto Juliana como Valentina habían terminado aceptando los términos de este acuerdo que, según sus agentes, convencía bastante a ambas.

El primer paso a seguir a partir de entonces era alimentar los rumores.

Eva había ideado toda esta agenda con días y tiempos establecidos para dejarse ver por aquí o por allá, usando como principal medio de información a los fans.

Las fotos de la revista, que Valentina debía aceptar, de verdad las hacían lucir como una pareja súper doméstica haciendo la compra juntas, había dado suficiente material a la prensa para la especulación, así que era tiempo de darles nada más que rumores, una sopa de su propio chocolate, dejar que los fans de ambas fuesen la fuente de información ahora.

Para ello, y luego de una semana sin verse, esta noche tenían su primera 'cita' como pareja. Una cena en algún restaurante de aura romántica que Mateo se había encargado de reservar.

— Te pedí un uber black para que te lleve al restaurante — anunció su hermana entrando a la habitación sin avisar, como era su costumbre — no creo que sea prudente aún que Juliana pase por ti, así que se van a ver allá.

— Entendido general — contestó Valentina satirizando su respuesta mientras finalizaba los últimos detalles de su maquillaje y poniéndose de pie para culminar su atuendo con los tacones que iban perfecto con el vestido azul que había elegido para esta noche. Su hermana no apreció el sarcasmo — ¿Ya viene?, ya estoy lista.

Eva la observó de pies a cabeza con una expresión de admiración en su rostro.

— Wow. Pareciera que vas directo a una alfombra roja.

La castaña miró hacia su cuerpo, extendiendo con sus manos la falda de su vestido, sintiéndose un poco insegura con el comentario.

— ¿Entonces es demasiado?

— No, es sólo que... realmente te ves muy bien — aduló nuevamente, antes de entrecerrar los ojos sospechosamente — como que le pusiste bastante esfuerzo al look de hoy ¿no?

Valentina rodó los ojos un tanto exasperada.

— Ni al caso Eva — negó Valentina, haciendo un gesto de desdén con las manos — es lo que haría para cualquier cosa que tenga que ver con el trabajo, y hasta donde recuerdo, tú misma etiquetaste esto como un negocio. Un beneficio mutuo entre Juliana y yo.

— Y lo es. La verdad es que de otra manera no te imagino con alguien como ella.

Esa aseveración llamó la atención de la castaña.

— ¿Qué quieres decir?

— Valentina, tu y yo sabemos que, con el historial que esa chica tiene, lo que se dice de ella en la prensa y demás... no sé, no va contigo.

Valentina no supo que contestar aquello. No es que estuviese en contra de Eva. Una semana investigando sobre Juliana le había bastado para saber de ese pasado. La cuestión era que al escuchar a su hermana, su primer reflejo había sido querer defenderla. Las apariencias solían engañar.

Sin embargo, de su padre había aprendido a nunca tratar de defender lo indefendible y el pasado de la corredora de autos hablaba por sí mismo.

Y cierto, ella jamás andaría de verdad con una chica como esa. Por más que su cara y cuerpo parecieran haber sido tallados por el mismísimo Miguel Angel Buonarroti, ese imagen de womanizer simplemente no iba con ella.