Part 1.

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︶꒦꒷  𝒯𝓇𝑒𝓈: 𝒩𝑜 𝓈𝑜𝓃 𝓂𝓊𝓁𝓉𝒾𝓉𝓊𝒹

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꒦꒷  𝒯𝓇𝑒𝓈: 𝒩𝑜 𝓈𝑜𝓃 𝓂𝓊𝓁𝓉𝒾𝓉𝓊𝒹.  ꒷꒦

Estaba a oscuras aún, el sol apenas se empezaba a deslizar por la ventana llenando de pequeñas luces y sombras la habitación. Mi vista se adapto rápido a la situación, sigilosa me volteé hacia la persona que estaba acostada a mi lado.

Me gustaba contemplarlo cuando dormía, a pesar de que a veces me dieran ganas de pellizcarme para comprobar que no estaba soñando y que realmente estaba casado con el hombre que siempre había admirado y amado. 

Naruto se removió un poco, pero no se despertó. Me acerque un poco más hasta quedar frente a el, verlo así tan tranquilo acostado, con sus rostro tan hermoso y su piel tersa y bronceada naturalmente por el sol me hacia querer tocarlo y acariciar su mejilla, pero contuve mis ganas cerrando mi mano en un puño, no quería despertarlo aún, quería seguir contemplando un poco más.

Naruto es de las personas que despiertas jamás están quietas, incluso a veces dormido, por lo que solo cuando estaba completamente relajado, se mantenía en calma y era un suceso digno de admirar.

La luz del sol se empezaba a colar cada vez más en la habitación, empezando a iluminar todos aquellos lugares donde me gustaría besarlo.

Me incliné sobre él para rozar sus labios contra los míos, pero rápido como un rayo Naruto me tomo de la cintura con una mano y tiró de mí hacia él, poniéndose encima de mí, se acomodó entre mis muslos. Lo único que nos separaba era el fino tejido de mi camisón y su pantalón de pijama.

—¿Qué hacías? ¿Estabas viendo cómo dormía?

Naruto me llevó las manos por encima de mi cabeza haciendo que me estirará. Dolía un poco, aunque eso hacía que el placer fuera aún más intenso. Me levantó el camisón con la mano libre e hizo un recorrido por mi muslo. Mientras hablaba, sus dedos rozaban mi feminidad.

—¿Por qué me mirabas? — Esta vez su pregunta salió con un tono de voz más autoritario.

—Porque me gusta —contesté yo en el momento en que sus curiosos dedos me hacían contener el aliento bruscamente.

—¿Tú crees que me gusta que me mires mientras duermo? —sus labios se curvaron en una sonrisa zorruna. Sus dedos me tocaban la piel ya, pero aún no se movían. Yo me reí avergonzada.

—No, probablemente no.

—Pues te equivocas.

Bajó la boca hacia la mía sin llegar a besarme. Yo estiré el cuello, buscando sus labios, pero él los mantuvo apartados lo justo para evitar el roce. Su dedo empezó a trazar el lento movimiento circular que sabía me haría enloquecer. Sentía calor y una presión dura contra la cadera pero, sin poder mover las manos aún, ya que Naruto seguía sujetándolas, lo único que podía hacer para expresar mis quejas era retorcerme.

Tres: No son multitud. | NaruHinaSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora