Todavía suelo despertar pensando en que mi madre esta en la cocina y mi padre esperando el desayuno, pero luego de unos segundos me golpea la realidad, ellos ya no están conmigo, no están en este mundo y todo por culpa de el. De solo pensar en eso crece una intensa ira en mi interior, siento rabia e impotencia, pero no la suficiente, se que no puedo odiarlo, y me frustra tanto, después de lo que hizo debería querer matarlo y eso quiero pero siento que si ahora llegara ese momento, dudaría, no lo odio lo suficiente y cada vez que pienso en eso me invade la culpa por la muerte de mi familia y de mi clan.
Como era costumbre, el azabache llego temprano a la academia, se sentó en su puesto habitual junto a la ventana y se perdió en sus pensamientos, los cuales fueron interrumpidos por una voz con un tono suave, el sabia de quien era, nada mas y nada menos que aquel rubio escandaloso y molesto que siempre buscaba retarlo de alguna manera, pero esta vez era diferente, el rubio le había hablado tranquilamente y con cierta timidez en su tono aunque parecía molesto a la vez. El azabache decidió ignorarlo, el rubio era muy fastidioso y no quería tener que aguantárselo desde temprano.
El azabache sintió como este se sentaba a su lado, y nació una extraña sensación en el, lo miro de reojo solo por un milisegundo que el rubio ni lo noto, pero este pudo apreciar la vista de un rubio recostado a la mesa del pupitre con su carita encima de sus brazos, la luz que entraba por la ventana hacia un efecto grandioso cuando se reflejo en los ojos del rubio, se veía hermoso a la vista del azabache, quien aparto esos pensamiento de su mente rápidamente y volvió a ignorar al chico a su lado.
Al cabo de un rato, escucho a sus fanáticas molestas venir gritando y peleando por quien se sentaría con el, eran muy fastidiosas para el azabache así que deicidio ignorarlas y se perdió en sus pensamientos nuevamente, pero estos fueron apartados cuando vio a un rubio sentado en la mesa frente a el mirándolo con un notable enojo, y este por impulso le devolvió la mirada de esa misma forma, pero de un momento a otro se encontraba en el suelo con el pequeño rubio sobre el, y no solo eso, sus labios estaban unido por un beso, este había quedado en completo shock, no sabia como reaccionar hasta que el rubio rápidamente se aparto y se limpio como si le diera asco el azabache, despertando cierta sensación de ¿tristeza?, o tal vez, enojo, no lo sabia, pero le dolía, le dolió aquella reacción de rechazo por parte de ese rubio e imito su acción.
Ese había sido su primer beso y ver la reacción de rubio le dolió, no paraba de pensar en eso, se sentía dolido y enojado pero no sabia el porque de aquello, así que no volvió a mirar al rubio, pero se dio cuenta de que este estaba con la cabeza gacha y pudo notar un leve sonrojo en sus mejillas.
-Naruto...te sientes bien?- pregunto el azabache sin mirarlo y con un tono de voz algo indiferente pero en realidad estaba curioso por el comportamiento del rubio, si bien había mostrado un rechazo por aquel beso pero ahora estaba sonrojado al parecer, quería asegurarse de que estaba sonrojado, quería saber si ese sonrojo se debía a lo sucedido hace unos minutos.
- Ehh?... ¡claro que estoy bien!, ¿¡por que no lo estaría!?- respondió el rubio muy nervioso y no sabia el porque de su comportamiento, pero estaba evitando la mirada del azabache
-¿Seguro Naruto?- pregunto nuevamente el azabache impaciente por saber porque el rubio no lo miraba, pero este se quedo callado y negándose a mirar al azabache haciendo que este se impacientara aun mas.
-¿Por que no me miras cuando te hablo?- dijo tomado al rubio por el mentón forzándolo a que le mirara a la cara, y para su sorpresa el rubio estaba hecho un tomate y se puso mucho peor cuando el azabache lo miro fijo a los ojos
- Claro que estoy bien teme- dijo apartándose bruscamente intentado esconder su rostro y no sabia porque, pero se sentía avergonzado
El azabache no insistió, no entendía el comportamiento del rubio, pero al verlo así la molestia que sentía antes se esfumo siendo reemplazada por un sentimiento de felicidad y satisfacción, en el fondo el azabache sabia que el rubio estaba así por el y por algún motivo le encantaba, pero no decidió darle muchas vueltas al asunto y solo disfruto de ese sentimiento que le generaba el rubio.
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El orgullo no deja amar
RomanceUn hermoso rubio de ojos más azules que el cielo, y con una bellas marquitas en cada mejilla. Y un azabache de ojos ónix, muy atractivo a la vista de cualquiera. Estos dos chicos se aman, pero son demasiado tontos. El rubio es demasiado despistado c...