Capítulo 9 - FINAL

492 124 2
                                    

El avión aterrizó en suelo americano y tuvieron que hacer declaraciones en la aduana. Cuando por fin salieron de allí, Rachelle y Roxanne los estaban esperando.

–¡Salam!–les gritó René a sus amigas. Estas la miraron como si hubiese caído de la luna.

–¿Acaso te escupió un musulmán en la cara?–le preguntó Roxanne al ver sus ropas.

Las abrazó a ambas.

–Rox te pido por favor que respetes a Allah, respetes el Hiyab y respetes el Islam.

–René solo duraste cinco días en Irán–le recordó Rachelle.

–Días muy productivos–le dijo–Verifiquen lo que les mandé al correo. Los poetas iraníes son lo mejor de lo mejor, tenemos el eje central del próximo número y lo va liderar Sharaman.

–¿Dónde está?–preguntó Rachelle.

Este se acercó a ellas y les sonrió. Ambas lo abrazaron y comenzaron a preguntarle que si estaba bien.

–René–comenzó a decir Rachelle–debes saber algo y es que... mientras estuviste fuera, Makayla... los hoteles...

Ni siquiera la dejó terminar. René salió disparada a buscar un taxi y Darian se colocó junto a ella.

–Yo te llevo–él le señaló la camioneta y ella asintió. Se sentó en el asiento copiloto.

"Madre ¿Qué hiciste?"

–¿Puedo preguntar qué sucedió?

–A raíz de la muerte de mi padre, mi madre se ha querido deshacer de todo lo relacionado con él. Es débil.

–¿Crees que haya vendido todo?

–No lo sé, a juzgar por la expresión de Rachelle... ni siquiera la dejé terminar. Entra por esta.

Él le hizo caso y el hotel se asomó. Darian estacionó y ella bajó de inmediato; él lo siguió de cerca y René ignoró el saludo de la recepcionista y se fue directamente al ascensor.

–Vamos, vamos.

Este abrió y ambos entraron. Ella lo miró.

–¿Cerrarás el negocio? Los hoteles no están pasando por el mejor momento.

Él la miró un rato.

–¿Eso te tranquilizará?

–Por supuesto. Podré regresar a Box R.

Él asintió–Cuenta con eso.

Le regaló una sonrisa–Gracias Darian.

–Espero que puedas reconsiderar la propuesta que te hice.

–No voy a casarme ahora, Darian ¡Tengo veintisiete años! No pienso arruinarme la vida de esa forma.

Él le acarició la mejilla–Estoy seguro que nos entenderíamos muy bien.

–El sexo no es una razón para casarse, hasta una mujer como yo lo sabe.

Las puertas del ascensor se abrieron y se dirigió a la sala de juntas. Abrió ambas puertas y en la cabecera de la mesa se encontraba su madre, con ropas formales. Estaba reunida con Louis y tres socios más.

–¿Qué es esa forma de entrar René?–le preguntó ella.

Ella avanzó lentamente.

–Esa pregunta te la debo hacer yo, madre–le dijo.

–Buenas tardes–saludó Darian y todos se colocaron de pie.

–Seños Zuhair, que alegría verlo–lo saludó Louis.

–Vine porque me gustaría cerrar el negocio, si aún están interesados.

Makayla asintió sonriendo–Por supuesto que sí, tome asiento ¿Desea algo de beber?

–No, muchas gracias. Estoy bien.

–Darian, ella es mi madre, Makayla Roberts–los presentó.

Él le dio la mano–Un gusto, señora Roberts.

–El gusto es mío señor Zuhair. ¿Podemos hablar a solas hija?

René asintió mientras salía de la sala y se dirigía a la oficina. Su madre entró después y cerró la puerta tras sí. Ella se apoyó en el escritorio y se cruzó de brazos.

–Escúpelo.

–Antes que nada, quiero que me disculpes–comenzó–te dejé sola. Y quiero ponerme al frente de todo, para que tú puedas continuar haciendo lo que te gusta en Box R. y bueno... si los iraníes quieren formar, estamos salvados.

Ella suspiró y abrazó a su madre.

–El vacío que nos dejó papá es muy grande, debemos preservar su legado.

–Así es hija.

Ambas se separaron.

–¿Y bien? ¿Tienes algo con ese muchacho?

–Me propuso matrimonio.

–¿Qué?

–Solo tenemos sexo, pero quiere casarse. Está loco.

Makayla se echó a reír–No eres de las que se casa.

–Jamás.

–Te quiero hija.

–Yo también, por cierto, vendí un hotel.

–¿Qué?


FIN

Capricho De MaracuyáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora