Robert y Elizabeth se vistieron para una cena romántica, él contaba con un esmoquin que lo hacía ver más guapo, y ella un vestido por arriba de las rodillas de color negro que la hacía lucir esbelta.
Los dos salieron como a las 7: 10 pm de sus departamentos y se encontraron en el pasillo, se miraron fijamente a los ojos.
Robert sintió un nudo en estómago, y Elizabeth como si hubiese miles de mariposas. Su encuentro de la mañana no había sido el más agraciado, pero al verse de esa forma sabía que el amor a segunda vista existía.
Salieron por la puerta del frente y pudieron sentir la mirada de la señora Smith por el picaporte, pero no les importo.
Ninguno de los dos había especulado ninguna palabra, aun así el ambiente no se sentía tenso, se permitieron preguntarse en que automóvil se iba, al final de una pequeña discusión que termino entre risas fueron en el carro de Robert.
La noche se convirtió especial no era nada como ella pensó que iba a ser, una tortura estar con el idiota de su vecino, fue agradable a pesar de ser un chico de pocas palabras era gracioso pero a su manera.
