Cap 4

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(miércoles por la mañana)

La luz atraviesa la ventana y me molesta en la cara. Me despierto y entreabro los ojos, la luz no me deja ver así que me doy la vuelta y me tapo la cara con las manos.

«Puta luz, ¿dónde estoy?»

Me incorporo y veo que he pasado la noche en el sofá.

Me llevo una mano al pelo para revolverlo un poco y luego me froto los ojos, enseguida noto olor a café y escucho ruidos en la casa.

«¿Y esto?¿Quien coño hay en mi casa y que cojones hace en la cocina?»

—¿Buenos días?—me levanto

Llego a la cocina y al girar el marco de la puerta la veo, paseando por de lado a lado poniendo tazas y comida en la mesa pero se gira hacia mi al escuchar mis pasos.

Muenos días— me dice con una galleta en la boca

De repente recuerdo todo lo que había pasado la noche anterior, me giro rápidamente y me voy al baño. Cierro la puerta y echo el pestillo. Me siento en el borde la bañera y me llevo las menos a la frente.

«Mierda, mierda, mierda, pensé que se iría cuando se despertara, ¿que coño hace preparando el desayuno? no puede ser»

Oigo 3 toques en la puerta

Oye no se si querías que me quedara o que me fuera pero he preparado café— me dice desde detrás de la puerta

Si, no te preocupes ahora voy— le digo

Oigo sus pasos alejándose. Yo me levanto y voy hasta el espejo, miro hacia abajo y veo toallitas húmedas, llenas de rímel en el borde del lavabo

«Serán suyas, las tiraré»

Me miro en el espejo, observo mi cara marcada por la costura del cojín del sofá sobre el que dormí. Me llevo la mano hacia mi mejilla para notar la marca.

«¿Que hago yo ahora con ella?... Buena pregunta»

Me lavo la cara con agua fría, recojo las toallitas y salgo del baño. Llego a la cocina y la veo sentada a la mesa con una taza entre sus manos, me doy cuenta de que lleva ropa de mi armario.

«Parece que no le importa estar en una casa desconocida con una casi desconocida»

Me acerco a la basura y tiro lo que llevaba en la mano.

Lo siento, olvidé recogerlo—se disculpa al ver mi acción

No pasa nada, ¿qué tal estás?—le pregunto mientras cojo una taza de la estantería y la lleno de leche del cartón que ella sacó de la nevera y ahora estaba en la encimera.

Mejor que ayer— dice apenada— gracias por recogerme pero no tenías porqué hacerlo

Lo sé, pero no podía dejarte allí, no sé que te pasó pero lo ultimo que iba a hacer era ignorarte— le digo

Meto la taza en el microondas

—¿Te acuerdas de que ayer te llamé para salir con el grupo de delegados?— me pregunta

Sí, si me acuerdo

Pues al principio lo estabamos pasando bien en el bar, pero ellos empezaron a beber demasiado y querían hacer apuestas y juegos— me cuenta— luego uno que ya ni me acuerdo quien fue empezó a meterse conmigo,—se pone nerviosa, le tiembla la voz y se agita su respiración— yo-yo no había bebido mucho ni hice nada solo estaba ahí, quería pasarlo bien— empieza a llorar

LOSTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora