Oruga

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3 años después

Antes del amanecer en un tren rumbo a una ciudad costera, dentro de uno de los vagones de pasajeros se encuentra una persona con aires misteriosos, pegado a una de las ventanillas de la cabina, completamente solo, disfrutando de una lectura ligera a la luz escasa del lugar. Chrollo Lucilfer, un joven bastante apuesto vestido con ropas casuales, pantalón negro y manga larga negra, acompañado de unas botas del mismo color. Lo que le hace destacable no solo es su postura elegante, sino las señas particulares como la venda sobre su cabeza, y los pendientes de jade que cuelgan sobre sus orejas, tan llamativos, que es difícil no fijarse en ellos a primera vista. El tren detuvo su marcha un momento, una parada que se realizaba antes de llegar a su destino final.

El corredor se alborotó un momento, sin perturbar el espacio del azabache, las puertas alrededor se escucharon abrirse y cerrarse, momentos después el tren volvió a moverse. Viajar por el mundo mientras realizaba algunas investigaciones era uno de los placeres de Chrollo, había sido su sueño desde pequeño, conocer el mundo exterior. A veces solía tener un compañero de viaje, uno de sus mejores amigos, Shalnark, con quien compartía la mayoría de sus problemas, inseguridades y sueños. Nunca olvidaría que Shalnark era la primera persona con quien compartió su sueño, de saber que había más allá de lo que conocían, un amor por lo desconocido, la información y el conocimiento.

Al medio día el tren llegó a su destino anunciado por el silbato a vapor desde la cabina, Chrollo guardó sus cosas antes de salir del tren. El pasillo estaba lleno de pasajeros saliendo de las cabinas del tren, algunos vestían de etiqueta, otras ropas casuales como él, sin embargo, a tres cabinas de él notó una persona que destacaba un poco por su vestimenta, sin mencionar su llamativo cabello rubio, era un chico que de alguna manera sus facciones le parecían familiares a Chrollo. La gente se movilizó saliendo, lo que obligó a Chrollo a salir del lugar perdiendo de vista al chico.

Después de eso Chrollo buscó un poco a aquella persona sin tener éxito encontrándolo. Organizó sus prioridades y caminó por las calles para dirigirse a su destino, un centro de transporte marítimo. Para su sorpresa al llegar a las puertas del lugar observó como un vehículo de transporte de la ciudad se detenía frente a las puertas del lugar para dejar a su pasajero, el mismo chico de antes, su cabellera rubia fue lo primero que vio salir del vehículo. El chico vestía ropas muy características de la zona sur del país, era un Kurta azul con pantalones de tela por debajo y manga larga blanca, llevaba un bolso de tira cruzada gris y entre sus manos un papel donde estaba leyendo algo antes de entrar.

Chrollo observó el rostro del joven, tenía la sensación de haberlo visto antes, pero no recordaba donde, su nariz era respingada, ojos grandes, labios delgados y un cabello rubio corto. El joven entró al lugar y Chrollo le siguió después de él, dentro estaba semi lleno, en la recepción se atendía a una persona y a los costados otras personas platicando. El joven rubio se acercó al mostrador esperando su turno para pasar y el azabache se situó detrás del rubio esperando turno de igual forma. No podía dejar de ver al joven, le era familiar su rostro, pero había algo diferente que no le dejaba recordar de quien se trataba esa persona.

— Boletos para la ciudad Doll, es para el examen de cazador— escuchó al rubio pedir cuando llegó su turno.

— El examen de cazador eh— el recepcionista tecleo sobre el computador— Para hoy tenemos viajes a las cinco de la tarde y diez de la noche ¿Cual desea?

—Cinco de la tarde por favor— pidió el joven.

— Bien, el costo es de 130 Jennys, todos los viajes realizan una parada en la Isla Ballena antes de llegar al destino.

— Está bien.

— Aquí tiene su boleto, no lo pierda ya que se le pedirá al subir, llegue al puerto a la hora que su boleto indica y eso es todo.

La araña y la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora