Mariposa

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Después del examen de cazador, el próximo destino fue la montaña Kukuru donde vivía la familia de Killua, fueron unos días de entrenamiento, pero finalmente habían logrado ver al joven albino y partieron de inmediato de allí, el reencuentro iba acompañado de risas y conversaciones divertidas, hasta que llegó el momento nuevamente de separarse, llegando a la estación y aeropuerto de la ciudad, Kurapika anunció su separación del grupo seguido de Leorio, Gon se mostró triste por eso, pero era algo que todos sabían que sucedería, cada quien debía continuar con sus metas, y Kurapika podía sentirse cada vez más cerca de ella. Después de escuchar el objetivo de Gon que era golpear a Hisoka para devolverle la licencia, Kurapika no dudo ni un segundo de ofrecerle la única información que él conocía del próximo paradero del payaso. Sus amigos estaban conmocionados por la noticia, Hisoka tenía información del Gen'ei Ryodan. El rubio les contó un poco al respecto y después volvió a despedirse de los chicos.

—Nos veremos de nuevo— alentó Killua al grupo.

— ¡Si! La próxima vez...¡¡En York shin, el 1 de septiembre!!—gritaron todos juntando las manos en símbolo de promesa.

Después de eso se separaron Kurapika y Leorio de ellos, llegando juntos a la estación donde cada uno arribó a vuelos distintos, el corazón de Kurapika latía feliz de haberse vuelto a reunir con todos sus amigos antes de emprender su viaje hacia su objetivo, se sentía feliz de compartir con otras personas después de años solo. Sus manos temblaban de emoción mientras se alejaba de ese continente y se dirigía al continente Yorbian donde encontraría al contacto de la Asociación que Chrollo le había dado a Kurapika.

Horas más tardé arribó al continente llegando a una ciudad turística algo ajetreada, un buen punto para vacacionar sino fuera porque Kurapika estaba ahí por otros motivos quizás estaría dispuesto a dar una vuelta por la zona para descubrir un poco de su cultura, cambió su dirección rumbo a una ciudad que quedaba atravesando el Desierto de Estados Unidos de Sahelta, unas horas más tarde casi al anochecer estaba llegando a una ciudad en medio del clima rocoso, después de pasar por un bosque espeso. Los edificios y construcciones de la ciudad eran viejos y lucían abandonados, era sin duda alguna un sitio donde sicarios, ladrones y gente del bajo mundo podía tener contactos, el rubio observó el papel en su mano, donde anotó la dirección dictada por Chrollo durante su llamada después de concluir el examen.

Se adentró a la ciudad donde su clima cálido y seco decoraba el tétrico lugar haciendo juego con sus viejos edificios, las calles estaban en diagonales, algunas hacían cruces, otras calles eran estrechas y llevaban a callejones, pero las indicaciones de Chrollo para llegar al lugar eran claras y lo condujeron a un edificio al final de una callejón, el lugar era poco transitado y la puerta del lugar se encontraba abierta con una tela desgarrada de un costado, llevaba a unas escaleras que subían al segundo piso del edificio, el joven rubio suspiró después de detenerse un momento frente a la puerta. Delante de él se encontraba una oportunidad de tener contacto finalmente con las mafias, solo debía ofrecer sus servicios como cazador. Un paso más cerca de recuperar los ojos de su tribu y de cobrar venganza.

Subió las escaleras dispuesto a enfrentar lo que estuviera esperando en el segundo piso, la habitación estaba amueblada, con unas cajas tiradas, unos cuadros de aspecto macabro, unos estantes con libros, y archivos alrededor de un escritorio, una silla sobre la cual estaba una mujer con tatuajes en los brazos y piercings sobre la nariz y boca, se encontraba sentada observándolo entrar, ella sonrió al verlo.

El rubio se armó de valor y después de intercambiar palabras con ella y acertar con la asociación que Chrollo le había dicho, quedó estupefacto al escuchar las palabras de la mujer salir de su boca—Encontraste la agencia por tu propia cuenta, así que debes ser astuto. —Halagó primero la mujer— pero no puedo recomendarte a alguno de nuestros clientes. No tengo problemas con tu falta de experiencia. A algunos clientes no les molesta los novatos. Pero no es solo la experiencia lo que te hace falta...— Cada palabra salida de la boca de esa mujer fue un balde de agua fría sobre Kurapika, él joven se sentía juzgado por el nivel de sus habilidades y presentación, estaba tan cerca de su objetivo, Chrollo ya le había ayudado dándole el contacto que necesitaba, no podía dejar ir esta oportunidad así nada más cuando sus objetivos se mostraban tras la mujer que le negaba el acceso a ella.

La araña y la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora