Italia, la hermosa y bella Italia se extendía a su alrededor con sus hermosas calles que se extienden bajos sus pies, personas que saludan al reconocerlo al pasar los últimos veranos armando una vida en Italia junto a sus guardianes. Miró alrededor como sí nunca hubiera estado en la vieja Sicilia.
Tsuna podría hablar sobre lo hermoso que era la vista, grandes construcciones con un toque antiguo, Siracusa era la ciudad preferida para pasar su tiempo ¿cómo no amar la belleza de edificios barrocos y antiguos templos? Sin olvidar la hermosa vista del paseo marítimo. Palermo también era un buen lugar para disfrutar de la hermosa vista que las calles y construcciones podrían ofrecer. Sin olvidar que el personal de aeropuerto siempre conseguiría que tuviera un viaje seguro.
Pero ahora mismo, en este preciso instante en el que Reborn coqueteaba abiertamente con una mujer y luego se ofrecía a ayudarla ha llevar sus maletas hacia su taxi, es que Tsuna se amargo y apartó la mirada decidido a ignorar todo.Sus guardianes se miraron preocupados, sólo pudieron asentir intentando llegar en acuerdo para hacer más llevadero los tres meses de su vida que se verían rotos en este viaje. Gokudera fue el primero en ofrecerse a ser de ayuda para llevar las maletas, pero el castaño le resto importancia cuando tomó las suyas y camino hacia la entrada ignorando como él mejor Hitman del corría detrás suyo.
—Juudaime—la voz de la razón fue su mano derecha que caminaba, casi corría para poder hablar cara a cara—¿estamos esperando a alguien?
Sabía que todos estaban prestándole atención y sí quería ser cruel porque Reborn-San lastimó al décimo, tenía todo el derecho a serlo.
—Byakuran—exclamó sin mirar hacia otro lado que no fuera el rostro de su amigo—envío un mensaje, al parecer Yuni cree que es bueno que venga por mí.
—¿Usted lo considera prudente?—sonrió un poco relajado al notar como el enojo disminuía en el rostro de su amigo.
—Solo coquetea—sonrió suavemente regresando a ser él mismo Tsunayoshi de siempre—puedo soportar un par de manoseos en el trasero.
El ruido de algo siendo lanzando con violencia contra la pared fue ignorado a favor de ser más tranquilos y diplomáticos para poder soportar a la mancha blanca de cabello que llegó corriendo hasta él castaño y se estrelló con fuerza logrando hacerlo caer.
—Te extrañe tanto—aseguro simplemente tomando al estilo nupcial al chico y luego salir encarrilado—seré su guía.
A nadie de la mafia se le hizo extraño ver como Tsuna andaría de un lado a otro persiguiendo a Byakuran en los primeros días de su regreso a Italia, tampoco se les haría de mucho interés observar el extraño ritual de apareamiento que Enma y Dino llevaban en la mansión Vongola cuando coinciden en sus visitas. Tampoco culparon cuando todos se aterraron de Xanxus y Squalo.
—Basura—el saludo del de ojos rojos era normal para todos—es un disgusto verte de nuevo.
Tsuna parpadeó sorprendido de ver a su primo, habían pasado días, en la llegada no habían encontrado a Nono por estar ocupado trabajando, mientras que Xanxus se había encargado extrañamente de todo el papeleo que hacían.
—Claramente él sabe que Dame-Tsuna no es que basura—la voz de Mochida intento ser un susurro pero todos lograron escucharlo.
—¿Xanxus?—pregunto incrédulo dejando de golpear a Mukuro que lo había interrumpido para llevarlo arrastras hasta el salón para el almuerzo.
—¿Quién dijo eso?—sacó sus armas de su traje con una habilidad sorprendente.
Squalo suspiro, rendido, alzó los brazos y los agitó en signo de despedida. Odiaba tener un jefe tan temperamental, que un momento estaba insultando a Sawada y al segundo lo estaba defendiendo de sus matones. Los ignoro a favor de mirar hacia Yamamoto que parecía estar revisando sus lecciones de espada, eso era mejor, más entretenido que hacer papeleo. Antes de que todo llegara a una violencia mayor, el castaño sólo sonrió en grande y camino a su primo con tranquilidad.
—Juro—casi arrastró las palabras en su tono enojado y sus ojos de color ámbar brillante—que sí obtengo más papeleo, la paliza que te di será menos dolorosa que la putiza que planeo darte ahora mismo—sonrió con los labios rojos y tomando una de las pistolas con la mano descubierta y casi haciendo sonar el metal por la presión.
—Basura—se quejo relajando su expresión—él viejo no estaría muy feliz de verte así.
—Lo sé—asintió soltando el arma—por eso, creo que lo más prudente no es dejar que lo vea.
Xanxus asintió de manera extraña antes de guardar su arma y darse la vuelta para guiarlos al comedor. Tsuna asintió y sólo les hizo una señal para que los siguieran.
—¿Cómo están las cosas con mi padre?—camino al nivel de su primo ignorando las miradas sorprendidas de sus compañeros de clase.
—El viejo le prohibió venir a la mansión hasta tu graduación—sonaba divertido por las desgracias del rubio tonto—lo envío con tu madre.
—Perfecto—asintió tarareando feliz—me preocupaba dejar a mamá sola, fue una excelente idea mandarlo a Japón una temporada.
El silencio fue recibido en grande por la mayoría de guardianes que no les sorprendía mucho como Xanxus y Tsuna tenían un acuerdo silencioso de ser decentes, aunque también podría ser que habían aprendido a disfrutar de atormentar a sus guardianes.
—Llegamos, escorias—dijo abriendo las puertas del comedor principal.
Un mayordomo los recibió inclinándose y saludando con calma al mayor de los acompañantes antes de mirar a su jefe.
—Joven amo—saludo con una pequeña sonrisa—el almuerzo de hoy está hecho especialmente para usted y sus visitas—se inclino un poco.
—Sebastián, ¿quién ha llegado?—dejó pasar a todos para ser acomodados en sus asientos.
—El Noveno se encuentra almorzando con ustedes hoy, tenemos al amo Cavallone, al joven Kozato, Gesso y a la señorita Yuni—declaró con calma.
—Esas preferencias—Tsuna se rió un poco—gracias Sebastián, sí Reborn aparece dile que tengo que hablar con él, por favor—sonrió alejándose hacia la mesa.
—Claro joven amo.
Tsuna miró a todos los presentes y casi sintió que estaba teniendo un mini infarto. Enma está mirando a Mochida en un claro desafío a terminar lo que sea que estuviera diciendo. Dino había sacado su látigo con una extraña maestría muy rara de él. Byakuran miraba con ojos de muerte hacia los alumnos, mientras que Mukuro junto a Kyoya parecían sombras de muerte. Yuni estaba sonriendo, pero era claro que era sólo por compromiso.
—Todos, calmados—pidió con voz suave y dulce mirando hacia su abuelo que sólo negó con la cabeza—perfecto.
Xanxus se rió, pero disimuladamente sacó sus armas y las dejó sobre la mesa. El noveno podría decir algo sobre la descortesía. Pero no podía evitar compartir ese tipo de pensamientos de muerte con su hijo.
—Es un gusto volver a verte, Tsuna—llamó amablemente Nono.
—Tsuna suspiro aceptando su destino—Noveno...—no terminó ante la mirada del hombre mayor—digo, Abuelito es un gusto verte de nuevo. Aunque nos vimos en las vacaciones.
—Siempre es bueno verte—señaló su asiento para que él chico lo acompañará
—¿Tendremos visitas?—preguntó a penas tomó su lugar al ver cómo las mucamas pasaban corriendo.
—Los Arcobaleno—dijo como sí nada.
Tsuna casi se atraganto ante el primer bocado de su comida. Miró a Yuni que apartó la mirada, busco algo en sus guardianes pero no, todos, hasta sus amigos y aliados apartaron la mirada.
—Yo no puedo estar aquí cuando eso suceda—murmuró en un intento de levantarse de su asiento.
—Primero termina el almuerzo, luego puedes huir.
Tsuna quería reírse. Pero aceptó, algo le decía que necesitaría la energía para todo el problema que tendría.
Tsuna nunca obtiene una escapada decente. Lo siento por mi adorable niño.
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La verdad de Tsuna.
Fanfiction-¿Un viaje a Italia?-preguntó el castaño con la voz apagada. -El noveno quiere celebrar tu graduación y conocer a tus amigos-él de patillas curiosas se arrepintió de decir lo último. -No es como sí tuviera muchos...-sus ojos perdieron su alegría nat...