Capitulo 5 Soy una rebelde

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El sabado sonó la alarma a las seis en punto, abri mis ojos pero juro haber comenzado a procesar mis acciones recien a las dies. Al mirarme en el espejo me encontre unas ojeras monumentales y estaba tan cansada que dejé mi cabello amarrado en una simple coleta, de todas maneras nunca dudé que pasaría el fin de semana en el internado ya que no creo que mi familia sea tan buena como para ya haberme perdonado.. como sea. El día sabado consistió en hacer deberes, realizar un par de cosas que me pidieron los oficiales aunque tuvé mi momento de felicidad:  me escabullí entre unos arbustos al rededor de las cuatro a leer mi preciado secreto, por más que mi cerebro decia que me detubiera porque si no, no tendria como más divertirme, pero no pude determe y lo termine. ¿Cuando conseguiria el libro seis? hasta ahora sonaba como un sueño inrealizable, pero no hay que exagerar, yo sé que algún día las cosas cambiarán. 

Lo harán.

Me aseguraré de éllo.

Ahora me encontraba cenando junto con algunos pocos niños que sus familias no llevaban de paseo los fin de semanas. Se les veia tristes y melancólicos, con una mirada perdida en el plato. podía imaginarme cómo extrañaban la comida de su hogar, ya que yo lo asía. Aunque no debo asumir que todos son iguales a mi, ya que puede que a algunos les agrade estar aquí para ser parte del ejercito, o quien sabe,  puede que otros tengan familias tristes o padres abusadores que no quieran volver a ver, todo puede ser.  Lo unico con lo que puedo generalizar es que todos se ven solitarios, porque lo están.

Sin darme cuenta habia terminado mi lasagna de espinaca, supongo que ahora no me queda nada más que ir a ver televisión en la sala de juegos.

cuando me encaminaba al pequeño galpon que era la sala, choqué contra algo duro, el pecho de un hombre, me alejé rapidamente y al subir mi mirada me encontre con una alegre sorpresa.

Mi hermano Vis, que hacia el aquí?.. estaba acá y no me habia dichó nada? una mescla entre rabia y tristesa recorrio mi cuerpo.

Luego sin pensarlo lo abracé fuerte, rapidamente se relajo y me correspondió el abrazo. Olia al detergente de casa asique a pesar de llevar un horrible uniforme militar el abrazo me transporto al hogar, hasta que él me alejo cuidadosamente y me miró por un par de segundos.

-¿Que haces aquí?- Dijé yo recordando que no parecia venir a visitarme lo cual me daba rabia.

-Viné a dejarle unos archivos al señor Jeral (El director)- dijo el con una sonrisa.

-¿No pensabas pasar a saludarme?- Solté de repente, el abrio los ojos sorprendidó.

-La verdad no, mamá y papá dicen que lo mejor era que no recibieras visitas para que se te hiciese más facil adaptarte-. ¿Como pueden ser tan insensibles!?

-¡Nisiquiera me han llamado! ¡Me siento como una niña abandonada!, no sabes lo que es esto.-

-Si, lo se, Progressus, tu te lo ganaste ademas no es permanente, prometo que te llamaremos y al final cuando papá lo crea adecuado vendremos a verte.- Posó su mano en mi ombro de forma cariñosa y  con ojos suplicantes. -Te amamos ¿sí? , es solo que necesitas madurar.-Baje la mirada, estaba indignada y apenada, aunque en el fondo me sentía feliz de ver a mi hermano.

El al ver que no obtendria respuesta prosiguió.

-¿Cómo ha ido la semana? - tomo mi mentón para que lo mirara. Él sonreia apenado.

Toda la soledad y opresión que habia sentido en esta larga semana se acumulo en mi ser.

-¡Horrible!- Le grité en la cara, dejando caer unas pequeñas lagrimas. No queria llorar, y para eso necesitaba alejarme de él, porque si no, sé que terminaría suplicandole como una bebe que me llebara a casa. 

Quite su mano de mi cara y comenzé a correr asía el patio tracero. 

-¡Progressus!- Vis gritó mientras me alejabá, pero no me siguió.

Eran al rededor de las nueve, hoy por ser sabado, la hora de dormir era a las 10, tenía una hora para desahogarme, fuí al mismo arbusto que en la mañana.

¿Que necesitaba adaptarme? Eso no es más que una escusa barata, mis padres no querian más que hacerme sufrir. Por más que busco donde la cague al salir a ver las estrellas no lo encuentro, ya que en realidad no tiene nada de malo, no me estaba poniendo en riesgo ni a mi misma ni a nadie. nunca lo hacía. ¿Cómo es que Harry Potter puede afectar negativamente a una persona? de ni una manera, simplemente no puede. 

Por más que lea mis libros de historia, preste atención en clase, escuche a mis padres y traté de comportarme según las normas no puedo, simplemente no las entiendo, y por cada argumento que me explican le encuentro un contra argumento, son muy estrictas, muy radicales, extremas. Lo extremo nunca es lo más apropiado, lo mejor.  hay otras formas, lose. tal vez por más que me lo niegue soy una rebelde, porque si no estar de acuerdo con las reglas me hace una, lo soy. Totalmente, no puedo cambiar, por más que quiera no puedo. Ademas ¿Quíen dijó que quería?. Nadie, no quiero y no lo voy a hacer, voy a salir de aquí y voy a cambiar el mundo.

Quedaban solo dies minutos para las 10, debía entrar, esta noche saldria de aquí.

Iba corriendo por el pasillo exterior, en dirección al edificio de las habitaciones cuando volvi a chocar con un chico, olor a cigarros. Alrrow. Al parecer necesito gafas ya que no hago más que chocar ultimamente. El me enderezo y me alejo con cuidado.

-Cuidado Gress- me dijó risueño.- Te estaba buscando, hay que entrar. poso su mano en mi espalda y seguimos caminando asía las habitaciones.

-Eso es lo que estaba haciendo cuando te interpusiste en mi camino- .

-Touche.- Dijó el y los dos reimos torpemente.

Justó antes de entrar lo agarre del brazo para que parara y me acerque a su oido. -Hay que salir de aquí, a las una, trae lo escencial y viste de negro.- tras decir eso corrí dentro, directamente al ascensor dejandolo fuera, no le daria la oportunidad de negarse. Hoy partiriamos un largo viaje.

GressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora