Todos tenemos el sueño de ser parte de algo grande y ser reconocido por eso, este es uno de los problemas que Katrina Martínez enfrenta seguido por su padre controlador. Pero con la ayuda de sus buenos amigos podrá hacerle frente. En el proceso tend...
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Después de desayunar una saludable avena con los Matthew, acompañada de Farkle y Maya, Katrina empieza una nueva clase vistiendo un overol negro un poco grande – para esconder la bomba de insulina – y una camiseta blanca, más unos tenis blancos.
Al llegar unos minutos tarde por ir al salón de su padre se llevó la sorpresa de que su puesto al lado de Lucas ya estaba ocupado por alguien más. Entro pidiendo disculpas al maestro y se dirigió a donde se encontraba Missy Bradford.
—Disculpa, estás ocupando mi puesto. — dijo lo obvio acompañada de una sonrisa falsa, no era ningún misterio para nadie que la chica no le agradaba.
—No veo tu nombre en él. — le devolvió la sonrisa mientras apoyaba su barbilla en sus manos. La rizada casi la da un tic en el ojo aguantando las ganas de soltarle un par de groserías en su segundo idioma.
—¿Hay algún problema, señoritas? — cuestiona el maestro.
—Ninguno, señor. — contesta sin voltearse. —Será mejor que cuides tu espalda, Missy. — soltó su nombre con burla en un tono algo chillón. Se fue a sentar detrás del vaquero.
—Ataque sorpresa. — comienza la clase. —Diciembre siete de mil novecientos cuarenta y uno.
—Una fecha que vivirá en la infamia. — en los puestos de más adelante Riley parecía tener una crisis existencial o algo parecido, cuando la rubia apuntó atrás de ellas entendió el comportamiento de la castaña. Pronto el señor Matthew le dio permiso para salir. Tal vez ella no tenía la relación más íntima con Riley, pero no le gustaba que hicieran sentir mal a la chica.
—Era otro día antes del ataque sorpresa que lo cambiaría todo. — Riley se asomó por la ventana con la cara pegada en ella, todo bajo la mira de Farkle. Katrina harta de la conversación de Missy y Lucas, o de Missy, ya que este contestaba con monosílabos, llamo su atención.
—¿Quieren callarse? Yo si quiero pasar esta materia. — la rubia oscura rodó los ojos y la ignoró.
—Las personas que se consideraban a salvo, ya no tenían ninguna seguridad. — la castaña entro por la puerta de atrás enojada, ver a Missy tocar la punta de la nariz del vaquero la había hecho estallar. Esto llamó la atención de todos en el salón.
—¿Boop? ¿Es lo mejor que tienes? — la rubia adelante rogaba porque no hiciera una locura. —¿No crees que yo pueda hacer boop? — la rizada que estaba atrás de ellos apreciando el espectáculo negaba avergonzada por su amiga. La rubia se giró hacia Farkle.
—¿Cómo piensas que va a terminar?
—Creo que debemos tener fe en Riley.
Lo siguiente que la castaña hizo sí que los sorprendió, se giró hacia Lucas e imitó a Missy colocando su dedo en su nariz, pero un poco más abajo casi entrando en su orificio. Lucas parecía divertido con todo lo que estaba pasando. —¿Alguien ve esto? — preguntó con una cara de terror cubriendo su rostro.
