UN AÑO MÁS TARDE
Massachusetts, Estados Unidos de América. Mansión Hadeeville.
KRISTEL
Lluvia. Gotas de agua chocaban y resbalaban contra el gran tragaluz de la habitación. Sentada al lado del gran ventanal observaba el paisaje mientras oía el sonido del piano de fondo.
Después de asistir durante un año al Colegio de Magia y Hechicería Ilvermorny, las vacaciones de verano del cuarto año se me hicieron eternas y durante mi estancia en la mansión no me relacioné con apenas nadie. Estábamos yo, mi padre, mi hermano y mis tíos, por parte de padre, cuya mansión era suya pero nos habíamos instalado durante esos días.
-Kristel, la cena ya está servida. -asomaba mi tía Clarisse por la puerta.
La miré, no hubo respuesta por mi parte. Asintió con la cabeza como si lo hubiera comprendido y volví a quedarme sola.
Unos minutos después bajé al piso inferior, donde se encontraban todos esperándome para la cena.
-Siéntate hija. -comenzó a decir mi padre. -Tenemos que hablarte sobre importantes temas.
Pasando de mi padre y de los demás presentes en la mesa, mi vista seguía en los platos con comida y no tardé en pegarle un mordisco al pollo recién hecho. Tan solo se escuchaban los utensilios rozar entre sí. Todos mantenían la mirada abajo excepto mi padre, que esperando una reacción me observaba fijamente. Perdiendo su compostura alzó su varita, y con un ligero movimiento hizo que mi plato cayera al suelo, provocando un sonido desagradable.
Levanté la vista para encontrarme con él, no tenía expresión alguna en el rostro al igual que yo, los demás detallaban aquella escena sin mencionar palabra alguna:
-¿Padre? -al fin pronuncié.
Mi hermano parecía sorprendido al oír mi voz, tampoco había hablado demasiado con él desde que ingresé en Ilvermorny.
-Hija, esa no es la educación que te hemos dado, así que será mejor que te comportes y atiendas. Necesito comentarte algo.
-Bien, tú dirás. -dije manteniendo firme mi esencia.
-No regresarás a Ilvermorny, volveremos a Escocia y asistirás de nuevo a Hogwarts. No tenemos nada que hacer aquí, ya he terminado con mis negocios. -anunció señalando unos documentos. -Y como sabes, tenemos asuntos pendientes que acabar.
Al escuchar eso solo me vino una cosa en mente, Draco Malfoy. El chico con el que empezó todo esto, me toparía de nuevo con él y tendría que afrontar las consecuencias. La nota. Aquella nota fue lo único que le dejé y no supo más de mí, ahora volvería a encontrarse con lo que fue su impactante pasado.
-Kristel. -la voz de mi hermano hizo que volviera al lugar.
-Hablemos en privado los tres, os explicaré lo que trataremos cuando lleguemos a Hogwarts.
Entendiendo la indirecta, mis tíos abandonaron la mesa y permanecimos el resto de la familia.
-Bien. Estos documentos que tengo aquí os resultarán interesantes. -nos mostró la portada, aparecía la imagen de...
-Lucius Malfoy. -dije en un susurro.
-Como sabéis él y su mujer fueron sirvientes del señor oscuro, pero cuando este quedó sin fuerzas después del suceso con Harry Potter, Lucius regresó al Ministerio de Magia negando lo ocurrido. -explicó convencido de sus teorías.
-¿De dónde lo has sacado? -preguntó Jul.
-Vuestro abuelo lo tenía escondido para que no los pillaran ni lo mandaran junto a los demás mortífagos a Azkaban. Parecía tenerle aprecio a los Malfoy también.

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La Reina Flamante
FanfictionKristel Hadeeville entra a Hogwarts con unos objetivos establecidos: mostrar su intelecto y poder al mundo, aparte de siniestros secretos que esconde tras su faceta. Dentro de su vida aparece Draco Malfoy, que torcerá sus planes a causa de la quími...