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Al llegar a la sala, todos tomaron asiento en sus lugares incluyendo Heesook, quién bostezo apenas tocó la silla.
Cerró sus ojos apoyando su mandíbula en su mano, mientras escuchaba a todos chillar.
Habían pasado casi cuatro días desde la última vez que habló con Jeno. El seguía saludándola cuándo la cruzaba o se sentaba a su lado cuándo tomaba el bus.
Era raro para ella. Pero no podía negar que la presencia del chico, la hacía sentir algo que nunca había sentido.
Hoy caminaría a casa. Anoche se había escapado, luego de discutir con su madre, no aguantaba ni un segundo más ahí dentro. Durmió en la calle y era claro que no tenía dinero.
Cuándo la clase término, la chica preparó sus cosas para volver a casa. Suspirando cansada.
"¡Hola!" un chillido la hizo saltar en su lugar. El pelirosa la miraba con una sonrisa. "Eres Heesook, la amiga de Jeno"
La chica frunció sus cejas.
"N-no somos amigos" contestó timida.
Jaemin chasqueó la lengua.
"Nana" alguien los interrumpió. Jeno se asomó por la puerta. "Heesook"
La chica movió su cabeza.
"Ella dice que no es tu amiga" se burla Jaemin. Jeno abre sus ojos mirándote.
"Y-yo, lo siento, no acostumbro a hablar con p-personas" murmura tímida la chica, sintiendo su corazon latir a prisa.
"Nosotros podemos ser tus amigos" otra vez insiste Jaemin, palmeando el hombro de su amigo. "¿Cierto, Jeno?"
"Uhm si claro" accede el chico. "Sólo si estás de acuerdo, Heesook"
Heesook no dijo nada. No sabía que decir.
Nunca había sentido esto. Nunca nadie se había acercado a ella de esta forma.
"¿Heesook?" insistió Jeno.
La chica pestañea reaccionando. "Eso sería genial" termina de decir.
Una pequeña sonrisa se asomó por su comisura al ver la linda y tierna sonrisa de Jeno.
Sin darse cuenta, poco a poco, iba acostumbrándose de esa linda sonrisa.
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