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Otra semana más y Heesook había vuelto a pelear con su madre. Esta vez, llevaba una consecuencia de hacerlo.
Un rojiza y notoria marca en su pómulo, debido al golpe que su madre le había proporcionado.
No tenía cómo taparlo, nunca había comprado maquillaje, ni sabía como usarlo, de todos modo era inútil. Si Heesook sabía mentir y muy bien, nadie podría si quiera notarlo, porque no le importaba a nadie.
"¡Aquí estas!" un chillido alarmante llegó a sus oídos. Jeno la miraba expectante.
"¿Donde te habías metido?" cuestionó sentandose a su lado. "¿Heesook?"
"Me sentía mal" mintió sin levantar la cabeza.
Jeno asintió no muy convencido. Algo pasaba con Heesook... y Jeno lo podía notar.
"Espera... ¿eso es una marca?" preguntó tratando de acercarse a ella luego de ver su mejilla.
La chica corrió el rostro rápidamente.
"Te dije que me sentía mal y me caí" mintió otra vez.
"Dejame ver, Sook" trató de sostener su mandíbula pero Heesook fue mas rápida y se levantó dandole la espalda.
Tienes que hacerlo. Se dijo.
"Sera mejor que ya no te preocupes por mi, Jeno. De hecho, no tendrás que fingir hacerlo más" las palabras rasparon en su garganta, las ganas de llorar la invadieron. "No necesito a nadie, nunca necesité a nadie, no entiendo porque necesitaría de ti" chilló a punto de colapsar.
Jeno entrecerro los ojos confundido.
"No me vuelvas a buscar" término y salió corriendo de ahí.
El nudo en la boca de su estómago explotó, las lágrimas se desparramaron en su rostro.
Acaba de alejar a la única persona que se preocupaba por ella, se sentía mal, demasiado. Pero era necesario.
Si Jeno se enterara de lo que ella estaba viviendo, también la dejaría y no podía soportar ser abandonada otra vez.
Pero su corazón roto en pedazos no aguantaba verlo sin latir con fuerza, porque Jeno la hacía sentir especial.
De ser nadie, pasaba a ser alguien cuándo estaba con Jeno. Heesook desconocía este sentimiento pero no estaba dispuesta a conocerlos, no quería terminar con otro corazón roto.
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