𝚜𝚖𝚒𝚕𝚎 𝚋𝚘𝚢 ©

Diez

Sus pasos se detuvieron cuándo llegaron al final del pasillo, su respiración buscó el mayor aire posible. Podía escuchar los pasos de Jeno detrás de ella, así que rápidamente se adentró a la sala vacía, tratando de cerrar la puerta antes de ser escuchada.

Pero una grande mano la atravesó, impidiendo que pudiera cerrarla.

"Por favor, hablemos" salió de la boca de Jeno detrás de la puerta.

Heesook dejó de luchar, estaba lastimándolo. Y ella nunca querría eso para los demás.

Cedió soltando su fuerza, la puerta se abrió y Jeno entró por ella, cerrándola detras de él.

"Lo siento, Heesook. Yo no quise asustarte, ni presionarte, solo quería decirte mis sentimientos" empezó el chico, luego de un incómodo silencio.

"Me gustas tanto que también me da miedo, pero aún así quiero quererte" siguió. "Por favor, deja de correr de mi" rogó acercándose.

Heesook se esforzó reteniendo sus lágrimas en sus ojos.

"Jeno, no entiendes. No quiero lastimarte, pero no puedo corresponderte. Lo siento tanto" se disculpó sincera y adolorida.

Su pecho apretaba ante su mentira. Su cuerpo entero recibía el sufrimiento del chico ante sus ojos.

"¡Ya lo haces!" levantó la voz, un mezcla de confusión y dolor. "Ya me lastimas, Heesook. No dejándome ayudarte" siguió.

Heesook negó dejando escapar sus lágrimas. Conocía esa mirada de dolor. Lo había apagado, ella había borrado esa hermosa y brillante sonrisa en su amado.

"Y-yo..."

"No me importa si no sientes nada por mi, solo dejame ser tu amigo, apoyarte, lo que sea" pidió tomándola por el antebrazo.

Ella lo dejó, recibiendo su suave toque.

"Jeno, lo siento tanto" se disculpó sincera cuándo el chico la atrajo hacia su pecho, envolviendola.

Su corazón se detuvo por un momento.

Nunca había recibido el abrazo de nadie. Un abrazo tan cálido cómo nunca nadie le había dado. Sus musculos se relajaron y sus lágrimas continuaron saliendo, pero ya no eran de dolor... eran de felicidad.

"También me gustas, Jeno" susurró. "Pero no quiero lastimarte" se separó de su abrazo, mirándolo fijamente.

"Nunca lo hiciste, Heesook. No podrías lastimarme aunque quisieras" acarició sus manos, sostenidas. Heesook se quejó un poco por la presión.

Jeno la miró confuso. Levantando un poco su campera, viendo las marcas en sus muñecas. Luego, recordando cuando la vio con una marca en su mejilla.

La decepción y el enojo lo invadieron al verla así.

"Estoy rota, Jeno" confesó. "De alguna forma tú y tu sonrisa me sanaron, pero no soy lo que necesitas" siguió explicando.

"¿Por que nunca me dijiste?" preguntó tomándola de las mejillas. "Yo puedo ayudarte, puedes venir a mi casa, sea lo que sea, lo superaremos" la acarició.

Heesook negó suavemente. "Ya lo hiciste Jeno, ya me liberaste" sonrío entre lágrimas. "Tienes una gran vida, Jeno. Una familia que te ama, amigos que te apoyan y serás un gran médico algún día"

"No quiero nada si no te tengo a ti" insistió juntando sus frentes. "Dejame ayudarte, haré lo que sea para que vuelvas a sonreír"

Lo se, Jeno. Lo harás. Porque me salvaste, gracias a ti sané.

"Te quiero, Jeno. Nunca podré agradecerte lo que has hecho por mi" dijo por última vez, antes de estampar sus labios contra los del chico.

Tú, chico de la sonrisa, quién se preocupó por mi...

Gracias por salvarme.

Hola mis queridxs lectorxs, aquí reportandome con el tercer libro de la saga.

¿Que les pareció? Les leo.

Ya faltan dos libros más para terminar la saga completa, estoy tan feliz por todo el apoyo que han recibido los libros, muchas gracias por todo.

Gracias por quedarse aquí y leerme, les adoro tanto.

PD: Feliz comienzo de año para ustedes, disfruten mucho por mi (ya que yo estoy aislada) ¡Espero que tengan un gran año, lleno de amor, felicidad y buenas vibras! Recuerden cuidarse mucho.

Besito.