Capítulo 18 (final)

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Daniela Pardo

Conduje aproximadamente 20 minutos hasta la casa de las O'Connell.

Nadie sabía lo que hacía. Andrew, Isabel, Chloe, mis padres... era mejor así. Si les contaba a quién vería se pondrían locos. Todos parecían estar más cómodos fingiendo que todo acabó cuando Keira fue declarada culpable, hace casi dos meses. Pero yo no. No podía continuar así, menos cuando creía firmemente en su inocencia.

Últimamente hablaba mucho con Josh. Él había sido el único capaz de enfrentar el pasado para ayudar a nuestra amiga. Yo fui una cobarde.

Hemos intentado encontrar pruebas o testigos con los que demostrar que la droga la usó Connor, directamente. Ambos estamos seguros de que fue así, pero no tenemos mucha información además de lo que Josh dijo en la audiencia de Keira. Y justo ahora, contar con la ayuda de los demás parece muy poco probable... excepto por la misma persona que pretendo ver en este momento.

Cuando me autorizan la entrada a la gran mansión, suelto un largo suspiro y busco la valentía que he intentado reunir los últimos días. Necesito hacer esto, especialmente porque no solo Josh y yo estamos implicados en esto, sino porque también involucramos a nuestros abogados y estamos totalmente dispuestos a hacer las cosas bien esta vez. No tenemos margen de error.

Es la madre de Keira, Leanne, quien me recibe en la gran entrada de la casa. Se ve totalmente diferente a la mujer que salía en los periódicos los primeros días después de que Keira fuera declarada culpable. Supongo que su reciente divorcio ha ayudado a mejorar su aspecto. Siempre pensé que era como un ave presa dentro de su matrimonio con el señor O'Connell.

—Daniela, querida —me saluda con una sonrisa sincera—. Es un verdadero placer ver una cara conocida en estos tiempos. Pasa, linda. Keira está en el jardín trasero tomando el sol.

Sonreí y acepté el abrazo de la señora O'Connell mientras le devolvía el saludo, antes de pasar dentro de la casa.

Todo estaba como lo recordaba, y hace mucho tiempo que no entraba. Nuestras reuniones grupales solían ser en el bar de Josh, o en casa de los Blake. Era extraño volver aquí, dadas las circunstancias. Creo que la última vez que hablé directamente con la señora O'Connell fue la noche en que Connor murió. Es un alivio que el señor Jensen, mi abogado, haya hablado con ellas con antelación para saltarnos los protocolos. De lo contrario estoy segura de que no querría verme ni a diez metros de distancia, y no la culpaba.

La señora O'Connell me guía hasta el jardín trasero, donde alcanzo a divisar a Keira sentada, mientras toma un sorbo de lo que supongo es té, y mantiene la mirada perdida en el cielo. Es una vista un poco nostálgica, aunque su aspecto es mucho mejor al que tenía días antes de la audiencia.

Le doy un asentimiento cortés a Leanne antes de acercarme a Keira. Ella me observa desde antes de que llegue a su lado, por lo que se pone de pie con un poco de dificultad, dejando relucir su blanco vestido suelto, que no hace mucho por ocultar su vientre de 4 meses de embarazo. Es difícil actuar normal cuando lo veo.

—Hola Dan —me dice cuando llego a su lado, sorprendiéndome con un abrazo—. Por un momento creí que te habías arrepentido de venir.

—Para nada —le aseguro, con voz firme.

Verla así me termina de convencer que estoy haciendo lo correcto.

Me siento en una de las sillas a su lado, mientras me ofrece de los aperitivos que tiene en la mesa de enfrente. No quiero ser inoportuna con mis preguntas, así que agradezco cuando ella empieza a contarme cómo ha sido todo en este último tiempo para ella y su madre. Prefiero no ahondar en el tema cuando omite la información sobre su padre.

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