Capítulo 6

32 3 0
                                    

Keira O'Connell

—Señorita Keira, tiene que comer —me pidió Betty, la señora de la limpieza y cocinera de la casa, por milésima vez en la semana.

—No tengo apetito, Betty. Tal vez ahora vaya a la cocina por una fruta.

—La señora O'Connell está preocupada por usted —me recuerda—. Piensa llamar a un médico para que la revise. No es sano llevar esta situación así, querida.

—Dile que no se preocupe, que estoy bien. Esta semana no ha sido sencilla para mí, Betty. Lo sabes, y mamá también.

No la estaba mirando, pero pude notar que Betty realmente estaba preocupada y no se iría hasta que estuviera segura de que comería algo. Y si mamá no hubiera tenido que salir, probablemente estaría aquí también haciéndole compañía.

—Hagamos algo —propuse en un intento de calmar su preocupación—. A la hora de la cena me tomaré ese caldo de pollo del que tanto presumes. Sin peros. Por ahora prefiero estar sola, Betty.

Aunque tarda unos segundos, finalmente asiente y se pone de pie para caminar hacia la puerta de mi habitación, pero se detiene antes de salir.

—Piense en que el señor Connor no querría verla de esta manera, señorita. Lo que pasó fue una total desgracia, pero no podemos permitirnos sucumbir ante el dolor.

La observo en silencio mientras me da una triste sonrisa y sale cerrando la puerta tras ella. Cuando sé que está lo suficientemente lejos de la puerta no puedo evitarlo y empiezo a sollozar.

Esto es demasiado. No podré seguir por mucho tiempo con esta farsa, porque aunque diga que estoy bien y que pronto estaré como antes, sé que no será así. La pérdida de Connor fue el detonante para un montón de problemas que llevo sobre el hombro desde hace un par de meses. Es aún más horrible saber que el único que era capaz de reconfortarme en estas situaciones ya no está.

Y lo peor de todo es que cada vez me siento más confundida sobre lo que sucedió esa noche. ¿En qué momento dejamos que esto pasara? ¿Por qué la policía está convencida de que su muerte fue por el uso de droga? ¿Por qué nadie se atreve a decir la verdad de lo que sucedió? Connor no era ningún adicto, no hay razones para creer que sería capaz de consumir esa basura por decisión propia, no cuando él mismo me lo había prometido... ¿Cómo se supone que se dieron las cosas, entonces?

Prefiero dejar de pensar en eso antes de que el dolor de cabeza aumente. Últimamente no puedo soportarme. Estoy muy sensible, cada vez el dolor aumenta, en todos los sentidos. Ha pasado una semana desde su entierro. Una semana desde la última vez que pude ingerir cualquier alimento sin tener unas horribles ganas de vomitar.

Esa es la razón por la que no he comido bien en los últimos días, y es el motivo por el que ahora me siento tan débil y cansada todo el tiempo, pero justo ahora no tengo cabeza para pensar en mi bienestar físico.

Necesito dejar de fingir que todo está bien.

Tomo mi teléfono y observo su contacto, indecisa. La última vez que intenté hablarle las cosas no salieron bien, y ni siquiera estaba segura de lo que iba a decirle. Había mucho a nuestro alrededor como para sumar otro problema a la lista. Y de nuevo, ni siquiera estaba segura de lo que diría, o de lo que haría.

Dejo el teléfono de nuevo sobre la mesa de noche al lado de la cama y me acuesto, cayendo rápidamente en los brazos de Morfeo.

*

Fue una fuerte discusión lo que me despertó. Estaba sucediendo fuera de mi habitación, justo enfrente de la puerta. Y sabía que eso solo podía significar más problemas, por lo que apenas escuché que abrieron con fuerza, fingí que seguía dormida.

NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora