XXV

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Pov _____:

—No es cierto —bajé del Jeep mientras reía—. Te creo todo menos eso.

—Te lo juro, alguna vez fui un zombie —rió—. Fliqpy lo sabe más.

—Increíble —miré hacia la casa de Flippy y mi sonrisa se desvaneció—. Flippy —lo miré—.

—Mierda.

Los vidrios de las ventanas estaban rotos, la puerta tenía daños en el picaporte y se podía ver que adentro era un desorden. Flippy corrió empujando la puerta; si no lo hacía, habría sido complicado abrirla por el tema del picaporte.

Lo seguí, no sin antes mirar a mi alrededor temiendo que alguien estuviera observándonos o que pudieran hacerle algo al Jeep; no había nada, así que entré a la casa.

—¡Esos malditos idiotas me la van a pagar! —vi como Flippy golpeaba la pared, claramente había perdido el control—.

—¿De quienes hablas? —pregunté confundida—.

—Shifty y Lifty —me miró con sus ojos amarillos que me inquietaron cuando se encontraron con los míos—. Esos idiotas siempre han intentado robarme y ni siquiera temen morir solo porque quieren mis cosas.

—¿Planeas buscarlos? —miré como caminaba hacia el garage—.

—Obviamente —vi como abrió una pequeña puerta secreta subterránea—. Si tanto quieren robarme, tendrán que hacerlo pagando con sus vidas.

—Pero... regresarán —dije—.

—Algún día ya no lo harán —sonrió—.

Bajó por la puerta y no tuve una mejor idea que seguirlo. Todo estaba oscuro hasta que pude llegar hasta abajo, Fliqpy encendió una lámpara que colgaba del techo y pude ver que tenía demasiadas armas, además de cosas como granadas.

—¿Esto es legal? —pregunté estúpidamente—.

—Lumpy es policía pero... —recargó un rifle—. Es amigo mío —me miró con una sonrisa—. ¿Quieres esperar a que vuelva o prefieres acompañarme?

—Me gustaría quedarme y ver si puedo hacer algo con la puerta —respondí—.

—Tengo que arreglarla, ¿qué tal si por hoy te quedas en el escondite? —se refería al lugar que usábamos para reunirnos con los demás killers—. Yo mataré a esos dos y volveré para arreglar la puerta.

—¿Y no vas a dormir?

—No —se acercó a mi y me tomó del mentón—. Cuando repare la puerta podrás volver y podré descansar sabiendo que mi querida killer no puede estar en brazos de alguien más —sonrió y se acercó para besarme pero se detuvo a pocos centímetros—. Ni siquiera de esos gemelos estúpidos —me besó tomando por completo el control del beso—.

—F-Fliqpy, para, acabamos de comenzar a salir —dije cuando sus besos bajaron a mi cuello—.

—Bien, te daré tiempo —mordió un poco mi cuello—. Pero debo marcar.

~~~

—¿Entonces vives aquí? —pregunté mirando a The Mole—.

Fliqpy me había traído en su Jeep y después se fue a toda prisa a buscar a los gemelos que anteriormente había matado por secuestrarme.
Al llegar aquí me sorprendió ver a The Mole y a Lumpy; aunque él, según The Mole, se había quedado dormido por tantos trabajos que mantiene.

—Si, aquí duermo, preparo mis alimentos y hago otras actividades —sonrió—. Claro que, no puedes ver todo eso porque es subterráneo.

—¿A qué te refieres? —pregunté—.

—Hay un mecanismo oculto que activa una puerta que permite el acceso a unas escaleras hacia mi casa subterránea, está justo debajo de nosotros.

—¿Así como la parte secreta de la casa de Flippy?

—Si, de hecho, yo le ayudé a diseñar el lugar —hizo una pausa—. Antes de conocernos como killers, me había pedido que le ayudara con eso para guardar armas —rió un poco—. Ambos sabemos que quería guardar exactamente.

—¿Cuerpos?

—Si —asintió—. Cuando vio a sus víctimas vivas, entró en pánico, fue así como deduje lo que pasaba y le hablé de la maldición.

—¿Llegaste antes que Flippy? —lo miré sorprendida—.

—Si, no mucho, pero si.

—¿Cómo sabes de la famosa maldición?

—Yo le di ese nombre, todos sabemos lo qué pasa y lo aceptamos al final de todo —se encogió de hombros—. Fue aceptado luego de saber todas las condiciones.

—¿Cómo la de no salir más de 42 horas?

—Así es —asintió—. Creo que la mejor víctima a mencionar es Handy, tuvo un accidente afuera de la ciudad en donde perdió los brazos, el hospital más cercano era aquí —hizo una pausa—. Le pidió a Lumpy que lo matara para no sufrir y que sus brazos regresaran... como los perdió afuera, ya no regresaron.

—¿Y tú hablaste de eso?

—Si, muchos quisieron escapar cuando supieron que todo pasaba realmente y no eran sueños, traté de detenerlos.

—¿Trataste? —fruncí el ceño—.

—La madre de Cub.

—¿Qué? —lo miré sorprendida—.

—Ella no quiso tener a su pequeño en la ciudad para no morir en medio del parto y así evitar que su pequeño sufriera de la maldición inmediatamente, yo le advertí muchas veces pero no hizo caso —suspiró—. Murió durante el parto en otra ciudad, pasaban las 42 horas —me miró en silencio—. Ocurrió lo que ella quiso evitar y ni siquiera evitó la maldición en su pequeño.

—Te veo muy motivado con eso de la maldición... ¿hay alguna forma de quitarla o de simplemente no tener la condición? —pregunté—.

—Ni siquiera yo al convertirme en un genio de lámpara pude desaparecer la maldición —ambos miramos a Lumpy quien estaba despertándose—. Lo que si pude saber es que realmente es una maldición.

—Solamente dije eso porque es a lo que más se parece —comentó The Mole—. Puede ser que el gobierno nos tenga de experimentos, tengamos clones y al salir de la ciudad nos matan para no hablar de lo que hemos visto o hecho.

—Eso realmente es inquietante —dije y un escalofrío recorrió mi espalda—.

—No, es una maldición, creas o no, fueron brujas —respondió Lumpy—. También por eso habían zombies y vampiros.

—No me recuerdes esos días —dijo The Mole molestó—. Creí que todos seríamos zombies para siempre.

—¿Por qué dices que fueron brujas, Lumpy? —lo miré curiosa—.

—La ciudad está maldita, créeme, hay tres personas que me lo confirmaron —respondió Lumpy—.

—¿De quienes hablas? —interfirió The Mole—.

—Truffles, Russell y Splendont.

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Toxic Love ||Flippy/Fliqpy y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora