•Capítulo Nueve.

87 7 3
                                    

A penas Harry estaciona el auto salgo apresurada hacia la puerta de entrada, por cierto es una gran casa, una entrada muy linda y muy bien decorada Malditos Ricos. Toco dos veces la puerta con el temor de que alguien mas la abra Harry esta en el auto esperando y no quiero más conflictos por el día de hoy, ruego a todos los dioses porque Zac me habra la puerta y no otro hombre de este lugar, para mi mala suerte no habre él, me habren dos hombres muy altos uno tiene un arete y el otro un piercing en el labio, sexy pero escalofriante, ni uno ni el otro tiene puesto una camisa, muestran su definido abdomen, el chico con un arete abre la boca para hablar.

-¿Te puedo ayudar, preciosa?- Dice mientras el chico del piercing sonrie pervertidamente mientras recorre mi corto vestido.

-Eh... No lo sé, busco a Zac, Él... ¿está aquí?- Dejo salir y empiezo a asustarme cuando el chico del piercing se me acerca al oído y me dice algo.

-Por ahí, Mi amor- Dice mientras señala a un pasillo enorme donde hay escaleras, por un momento empiezo a dudar para entrar pero finalmente entro, todo por Zac.

-Gra..Gracias- Es todo lo que dejo salir mientras entro a la enorme casa.

Dentro puedo notar mucha gente totalmente ebria, unas cuantas chicas en muy mal estado pobres.

Me las ingenio para buscar a Zac sin hacer bulla pero no hay señales de él, voy hacia el segundo piso y paso por una habitación en la cual escucho la voz de una chica llorando, sé que no debo pero abro la puerta y meto la cabeza para ver a mi mejor amigo parado frente a una chica de espaldas muy despeinada y con las sabanas en su cuerpo.

-¡Jane!- Suelta Zac sonriendome.

-Hola, hey tenemos que irnos ahora, esta casa me da miedo- Le digo a Zac mientras voy entrando a la habitación.

Puedo notar que la chica que esta sentada frente a él voltea y tiene el ojo morado, esta muy despeinada y llora tanto que el rimel esta disperso por toda su cara lo cual es lamentable, inmediatamente Zac intenta pararla pero ella hace un gemido de dolor.

-Dejala Zac creo que le duele, dejame ayudarla- me acerco a ella y aparto un poco a mi mejor amigo. -¿Estas Bien? Hola, soy Jane, no te hare daño, solo vine a ayudarte y a sacarlos de aqui-

-Uhm...Uh...Gra...Graci...Gracias...- Logra soltar y empieza a temblar.

-¿Dónde está tu ropa? Necesitas vestirte para poder irnos- Digo mientras busco algo de ropa.

-No... No lo sé... no recuerdo nada...me duele aquí demasiado- Dice ella mientras empieza a llorar mucho y señala su cadera.

-Esta bien nena, dejame ver- Ella alza la sábana y noto un gran moretón en su pequeña cadera.

-Quiero irme por favor.

-Es lo que intentamos hacer pero necesitamos tu ropa, ¿no recuerdas nada?- Digo y me dirigo hacia Zac. - ¿Aqui fue donde despertaron?- el mueve la cabeza afirmativamente.

Empiezo a buscar ropa por todos lados mientras Zac trata de tranquilizar a la chica, justo frente a la cama hay una puerta que dirige hacia un baño, abro la puerta y para mi sorpresa hay dos chicas en el suelo al parecer inconcientes, me hubiese gustado ayudarlas pero no hay tiempo lo lamento.

Puedo notar que hay algo de ropa junto al lavamanos y me las juego para entrar sin pisar a las chicas, cuando salgo de la habitación cierro lentamente la puerta y sacudo muy bien la ropa, esta algo húmeda pero servirá para tapar su cuerpo.

-Encontre ropa, intenta ponertela despacio ¿Si? estaré en el pasillo con Zac- Le digo a la chica mientras esta me recibe la ropa.

-Muchas Gracias- Arregla un poco su voz. -Gracias por todo.

~Stay Strong~ ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora