•Capítulo Dos.

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Solo lo mire y pensaba es ilógico irme con él, nisiquiera lo conosco. Pensaba en una excusa para darle pero nada se me ocurría, Piensa Jane piensa. . .

-Pero... No te conozco- Dije sinceramente.

-Pero ya sabes mi nombre y mientras vamos a la fiesta, podemos hablar más, tranquila que no soy un pedófilo- me reí ante la idea.

-El saber tu nombre no es suficiente para irme contigo, pero esta bien, iré y tengo que regresar a las diez- Le respondo firme.

-Uhm. . . Claro, a esa hora estarás en tu casa, ahora vamos a mi casa para dejar mis cosas y alistarme- Fue lo único que entendí cuando lo vi, seguía moviendo los labio pero dejé de oírlo, me quedé tipo babosa viendolo.

-¿Qué? NO!-Grité. -Tengo que ir a mi casa para vestirme también.- Solo tenía trapos como ropa.

-Haha esta bien, nos vemos aqui mismo a las cinco- Seguía siendo lindo.

-Esta bien, nos vemos- dije riéndome.

Nos despedimos y cada unos se fue por su dirección, llegue corriendo a mi casa emocionada y fui directamente a mi habitación después de todo mi mamá no estaba en casa, soy hija única y mi papá se fue cuando era una bebé, ya nisiquiera me acuerdo de él, nunca esta presente.

Empezé metiendome a la ducha, salí y busque un lindo vestido, todos eran aniñados, mi mamá y sus vestidos floreados bueno, encontré en mi caja especial un hermoso vestido, "Mi caja" le llamaba a una caja literalmente Duh! bueno, en la cuál ponía la ropa que yo me compraba con mis mesadas, si se los mostraba a mi mamá se caería hacia atrás o no lo sé.

Terminé de vestirme, era un vestido Azul como me gusta, corto, muy corto, zapatos negros que combinaban con mi cinturón negro también y pués decidí ondularme el pelo. Llegaron las cuatro y media, decidí ir hacia la playa y el mismo lugar en el que quedamos en encontrarnos, Ahí estaba él con una camisa negra afuera de sus jeans apretados como me gustan.

-Ho...Hola- Me las arreglé para decir porque él estaba con los ojos abiertos como platos y con la boca hasta el piso. O fue lo que me imaginé.

-Hola, Jane.. Te ves... muy linda- Tartamudeaba y yo moría en cada sílaba.

-Oww Gracias, pero tú no te ves nada mal, te ves muy guapo- dije sonriéndole- Dime que no estoy muy formal- puse mis manos en mis caderas y le ronreí pícara.

-Oh, No No! Para nada, estas perfecta, entonces. . . ¿Nos vamos?- Dijo señalando hacia la pista un gran auto blanco con solo dos puertas.

-Wow!- Fue lo único que dije -Está bien, ¿eso es tuyo?

-Pués, en realidad es de mi padre pero me deja conducirlo porque él usa el otro para su trabajo.

-Uh, ese no es un auto de personas normales, tú sí que tienes mucho dinero. -Dije confiada y él solo rió para luego agarrarme de mi sudorosa mano, ¡yo y mis nerviosismos!

-Haha ven, ya nos tenemos que ir- me dijo mientras me abria la puerta del auto.

Él se subió al auto y nos fuimos, la verdad pasamos por muchas calles y lugares que nunca habia visto, le hice algunas preguntas, no muchas porque no quize parecer desesperada o algo por el estilo. Pero por su parte hizo muchas preguntas, tampoco me quejo.

Al llegar noté que era una INMENSA casa, era una mansión, que buenas amistades. . . Pués un señor me abrió la puerta del auto, me bajé asombrada por todo lo que veía y ahí estaba Ricardo parado y mirándome con un gesto divertido. Llegamos a la entrada y noté más de diez chicas muy bien vestidas con vestidos mucho más cortos que el mio y me miraban de pies a cabeza, me sentía intimidada.

~Stay Strong~ ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora