CAPÍTULO 3: HACIA LO SALVAJE

10 1 1
                                    

- N-no........ por favor, no........ no............ ¡NO! - gritaba una pequeña Jackal mientras que lloraba, dormida en su cuarto en medio de la noche.
Despertó entre lágrimas. Ya habían pasado cinco años desde aquel terrible acontecimiento, desde aquel terrible accidente que tubo una víctima mortal, pero Night tenía ese horrible recuerdo grabado en su mente, un recuerdo que se repetía cada noche cada vez que se acostaba, esa imagen de ver a su madre morir ante sus ojos, y no poder hacer nada por remediarlo, incapaz de ayudar. Ese recuerdo se transformó en su trauma; en su pesadilla. Recordaba a las llamas, rozando su piel ya quemada, dolorida, y la fuerza de sus pulmones al llorar. También recordaba una sombra, con la silueta de un Jackal, al alejarse corriendo. Su padre. Night, aunque era pequeña, ya sabía cual era el motivo de su huída: ese intento de asesinarla, y el fallo que tubo.

Miró su reloj en la mesita de noche. Las dos de la madrugada. Se levantó un tanto de su cama, para luego salir de su cuarto e ir a la cocina para tomarse un vaso de leche caliente y volver a dormir. Andó con mucho sigilo, ya que no quería despertar a su abuela, que dormía tranquila en una habitación que se localizaba al lado de la de Night. La leche la pudo coger sin ploblema, pero los vasos se encontraban en estanterías altas. No tubo otro remedio que hacer un pequeño uso de sus poderes. Los ojos de Night se volvieron verde flúor y, poco a poco, lograba levitarse a si misma hasta que pudo llegar a la estantería, coger un vaso y descender con cuidado.

Todavía le resultaba difícil dominarlos, aunque su abuela le empezó a enseñar al poco de ella empezar a caminar. Más o menos los dominaba, o eso quería creer, ya que algunas veces lanzaba estrellas sin querer, o hacía levitar a algún compañero de clase. "Todo a su tiempo", no paraba de repetirle su abuela que, tras el paso de los años, fue perdiendo sus poderes.

Night ya se había calentado el vaso de leche cuando, de repente, escuchó un extraño ruido, procedente de su cuarto. Empezó a oír pisadas aceleradas, y pudo notar que las pisadas salían del cuarto de su abuela hacia el suyo. Night se acercó sigilosamente a la puerta de su cuarto, que se encontraba entornada. Hiba a entrar, pero el sonido de una voz masculina y el reconocible olor que salía de la estancia la hizo parar en seco. Zero the Jackal se encontraba en su cuarto, y su abuela se encontraba con él.

- La policía está en camino. - la voz de su abuela sonaba firme, sin tener rastro de temor.

- Venga Sky, solo vengo a hacer una cosa y ya está. No me volverás a ver. - la voz del Jackal no desprendía temor, sino amenaza. Había ido para terminar lo que empezó.

- No pienso dejar que le hagas daño a Night, a mi nieta, a tu hija.

- ¡ELLA JAMÁS HA SIDO, ES, O SERÁ MI HIJA! -ese tono de voz dejó a Night con los pelos de punta, pero la cosa no había terminado. - Y si tengo que acabar contigo para terminar lo que empecé, que así sea.

- ¿Pero de qu...... -Sky no pudo terminar su frase, ya que una afilada espada le atravesó el vientre de una estocada. Con la misma velocidad y fuerza, Zero la sacó, haciendo que Sky callera de rodillas al suelo, sangrando demasiado.

- Nos veremos en el infierno suegra. - tras decir ésto, saltó por la ventana de la habitación, dejando sólo un cuerpo al borde de la muerte.

Night entró corriendo en el cuarto, llorando, si saber que hacer.

- Night......... hulle........... de aquí.............. antes de que vuelva. -el tono de su abuela sonaba débil, sin fuerzas apenas, con falta de aire.

- No, abuela, no. Por favor, no. -la pobre no paraba de llorar. Quería quedarse, ayudarla, no perder a otro ser querido.- Por favor........... No me dejes sola.

- Tranquila Night............. jamás estuviste sola..............y jamás lo estarás.- tras estas palabras, se oyó un suave suspiro, un suspiro que daba a entender el último aliento que lanza una persona. Sus ojos se cerraron, junto con su último rastro de vida. La pequeña solo miró el cuerpo de la recién fallecida, entre lágrimas, y su llanto se hizo mayor. Otra persona había muerto a manos de la misma persona, por la misma causa.

- Así que aquí estas, ¿eh? -Night alzó la mirada, con algo de miedo reflejado en sus ojos, para ver a su padre, posado en el marco de la ventana. - Como siempre, un estorbo. Otra persona que muere por tu culpa, niñata de mierda. Ahora, pagarás las consecuencias. -Zero alzó la espada y, justo cuando hiba a darle un golpe mortal a la indefensa niña, un haz de luz salió del cuerpo de Sky; su alma.

Night aprovechó el momento para salir corriendo. Cruzó el pasillo, para entrar en el cuarto de su abuela, cerrar la puerta con cerrojo y abrir la ventana para saltar por ella. A Night le aterró la altura, pero cerró los ojos y saltó en el mismo momento en el que Zero rompía la puerta. Hizo un aterrizaje algo brusco, pero sin daños, y comenzó a correr bosque adentro, perseguida por su padre, corriendo de tal manera que acortaba la distancia entre los dos. Night se sentía cada vez más aterrorizada y, justo en el momento en el que su padre logró alcanzarla, notó algo extraño. Un peculiar ruido sonó de repente, y una especie de aura carmesí inundó el ambiente. Lo raro, es que el origen de esa extraña aura, procedía de ella. Zero miró extrañado su alrededor ya que, de normal, él era el único capaz de originar aquello con ayuda de cierta jolla: el Ruby Fantasma. Cuando quiso darse cuenta, Night había escapado y había perdido su rastro. Mientras tanto, ella corría, adentrándose cada vez más en el bosque. Sabía que su posición no tenía que ser fija ya que, si permanece en un mismo lugar demasiado tiempo, podría encontrarla. Tampoco quería pasar por pueblos y ciudades, ya que podría llamar la atención, y lo que necesitaba era esconderse.

Mientras corría, pensó en ese acontecimiento tan reciente. ¿Cómo pudo hacer eso? Ese poder no entraba en la genética descendiente de su madre o de su abuela. ¿Zero era capaz de hacer lo mismo que pudo hacer ella? Tenía demasiadas preguntas en mente, pero las apartó. Ya que, lo que más le importaba ahora, era sobrevivir.

Diario de una Jackal (Temporada 1 Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora