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En multimedia, la imagen que inspiró la historia. Créditos a su respectivo ilustrador <3

Parte 5.

Harry pasó su brazo por el hombro de Ginny, un gesto familiar al que ambos se habían acostumbrado. Solían pasear así, recibiendo más miradas de las que deseaba, algunas de envidia, otras de simpatía. Incluso algunas era de una extraña devoción, como si el hecho de verlos juntos les produjera ternura.

Pero la mente de Harry estaba muy lejos de su novia. Camino a su lado sin ser consciente de lo que hacía, deseando dar la media vuelta para contemplar un último segundo a Draco Malfoy.

Su viejo enemigo acababa de hacer lo último que Harry habia esperado en el mundo; se habia declarado. O al menos, algo así. Habia confesado abiertamente que lo deseaba y Harry estaba seguro de que si no hubiera sido por la interrupción de Ginny, hubiera seguido hablando.
Eso era algo que Harry ni siquiera se habia admitido a sí mismo. Desear a Malfoy le parecía algo tan extraño que no podía ser real. El hecho de haberlo besado ya era totalmente descabellado, pero haberlo besado con pasión, presionándolo contra el muro en un ataque de sus impulsos y haberse excitado al punto de haber deseado desvestirlo allí mismo, era otra historia.

Harry aún seguía sintiendo un pinchazo de excitación cuando recordaba como habia gemido Malfoy cuando lo habia besado, como habia arqueado la cintura para frotarse contra él. Lo peor, era que las imágenes de lo que hubiera sucedido si el mismo no se hubiera apartado lo acosaban, acudiendo a su mente. La suave y pálida piel de Draco entre sus dedos. Draco arqueándose mientras él mordisqueaba su cuello. Hasta en sus sueños, esas imágenes acudían una y otra vez, hasta el punto que se avergonzaba intensamente al recordarlos. Draco desnudo. Draco, gimiendo su nombre. Más de una vez habia despertado con una incómoda erección y sintiéndose miserable.

Jamás Ginny habia despertado tal pasión en él. Sus sesiones de besuqueo no eran malas, en definitiva, pero realmente, si Harry se ponía a reflexionar sobre el asunto, llegaba a la conclusión de que lo que más le gustaba de ella era que lo comprendiera y lo oyera. Ambos habían perdido familia en la guerra, ambos habían travesado épocas difíciles durante el oscuro reinado de Voldemort.

Ginny era su faro. Gracias a ella, habia sobrevivido después de la guerra y juntos habían superado las heridas emocionales que esta les habia dejado. Las cicatrices permanecerían por siempre.

Pero eso no quería decir que la amara. Como a una amiga si, por supuesto. Como a la familia.
Pero no de… esa forma.

Y tal vez no se hubiera planteado nunca terminar su relación si no hubiera sido por Draco Malfoy.

Draco, con su precioso cabello rubio, casi plateado a veces, su piel suave, su intenso aroma a vainilla y a colonia cara. Draco, que lo contemplaba con sus ojos plateados llenos de sentimientos mientras confesaba que lo deseaba, dejándole ver un trozo de su alma.

Harry trago, con un nudo de emoción y se detuvo de pronto. A su lado, Ginny lo contemplo con sorpresa, frunciendo el ceño. Separándose de ella, Harry intento decir algo, pero no le salían las palabras. Simplemente, intento decirle perdón con su mirada y se dio la media vuelta. No lo sorprendió, a esa altura del partido, que Ginny no lo siguiera. Ese mismo día, cuando le habia preguntado si realmente lo quería, solo habia habido silencio. Habia sido suficiente para Harry.

Solo debió caminar unos pasos, dejando, no sin cierta culpabilidad, porque aunque ambos supieran la innegable verdad, en teoría seguía siendo su novia, a Ginny detrás de él y doblo el recodo. Para su alivio, Malfoy seguía allí, rodeado de dos Slytherin, que lo vieron venir y lo contemplaron con idénticos ceños fruncidos. La chica lo miraba con odio, el chico con resentimiento.

AemulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora