19.- No eres tan inmortal

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Ambos caminaron hasta llegar aquel lago, el cual estaba alejado de la ciudad, y por tanto, limpio de toda aquella urbanización, era una zona protegida, fuera de cualquier tipo de contaminación, ya que había cierto respeto al lugar, dado a que se contaban muchas historias sobre él, y una supuesta magia.

Lycan se sentó en el borde del lago, esperando a que Vayolet empezara con la curación, ya que ella le había pedido solo quedarse quieto. Vayolet tomo un pequeño trozo de su blusa, para que este funcionara como un pañuelo, remojo parte de la tela con el agua del lago, y así comenzó a limpiar la herida de Lycan, el cual sintió un ardor al sentir el agua.

- ¡Carajo! Esa cosa arde demasiado...

- ¿De verdad? Que extraño...

- ¿Por qué?

- Se dice que esta agua es la mas pura del mundo, que tiene propiedades que la hacen capaz de curar cualquier herida, limpiar cualquier corte, de eliminar cualquier mal, no es normal que sientas molestias con ella.

- Bueno... si ese es el caso, si lo es.

Responde Lycan algo serio, mientras Vayolet se confunde.

- ¿Eh?

- Si, si esta agua es tan mítica y pura, es normal que me haga reacción, ya que yo soy solo un manojo de venganza e ira, alguien que ya ha asesinado, que ya es maldad, o que contiene mucha maldad, oscuridad, es normal que tenga reacción hacia mi piel, es luz contra oscuridad, a final de cuentas.

Vayolet solo sonrió negando, mientras seguía retirando los restos de plata.

- Tonto... claro que no eres todo eso, o al menos, no eres solo eso. créeme, lo he visto, y también, hoy vi algo muy interesante

- ¿Ah sí? ¿Qué cosa?

- El invencible Lycan, fue herido, lo lastimaron.

- Solo fue un pequeño descuido...

- Claro, un descuido que, si hubiera sido en tu cuello, o en tu corazón, ahora mismo ya estarías muerto, parece que no eres tan inmortal como quizá creías, Ly.

Lycan solo bufa rodando los ojos.

- Si, claro, como sea, ¿Puedes apurarte a curar eso?

- ¿Por qué la prisa?

- Porque no me gusta estar así, y porque me gustaría aprovechar el día para dormir.

Aquella fase hizo recordar a Vayolet, que el sol estaba por salir, lo cual solo le hizo tragar saliva, y apurarse con la curación.

- Muy bien, ya está, solo queda esperar que...

Con la herida limpia, en cuestión de segundos, se fue regenerando, hasta quedar sin rasguño alguno.

- Perfecto, ¿Nos podemos ir ya? Muero de sueño.

Decía Vayolet, para disimular.

- Claro, pero para llegar más rápido, será mejor que te cargue

- Eso es algo humillante.

- No tienes otra opción

Vayolet suspira, y sonriendo asiente, y se sube a la espalda de Lycan. El joven lobo entonces fue rápidamente hacia donde estaba su casa, pero encontró una gran y trágica sorpresa cuando llego.

LycanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora