Dos enemigos enamorados... {Jeronica/Vughead}

Capítulo 06: Todo cuesta abajo

Jughead: Espera, Hiram dijo que solo tenia una hija ¿por que no dice que tiene dos?

Veronica: Es un secreto. Nadie puede saberlo...somos enemigos ya tienes algo para destruirme, disfrútalo.

Jughead: No quiero — eso la impresionó—

Veronica: ¿No?

Jughead: No — su afirmación la hizo sonreír ligeramente mientras que ambos intercambiaban miradas unos largos segundos — Ya tome suficiente aire, ¿volvemos? — preguntó el cambiando el tema antes de sonrojarse —

Veronica: Si. Oye, Jughead. — Jughead se detuvo para prestarle atención — Mis padres no te odian. 

Jughead: ¿No? — preguntó sin esperarse tal revelación —

Veronica: Les caes mal por meterte en sus cosas, pero cuando supieron que me salvaste de Nick y eso les alegró. Están agradecido y felices de que estuvieras allí. No te lo dije, pero gracias...ya sabes...por salvarme.

Jughead: Siempre estaré aquí para ti. — le sonrió suavemente cosa que los puso aún más tensos y nerviosos. Verónica desvió la mirada tratando de no sonrojarse — ¿Y si nos peleamos?

Veronica: Si, peleémonos. 

Jughead: Me voy a la cabaña, princesita Lodge.

Veronica: No si yo llego primero.

Ambos salieron corriendo de allí entre risas buscando cómo llegar. Ya estaban cerca cuando la peli negra se detuvo sonriendo.

Jughead: Ya... ¿Ya te rendiste? — preguntó el fatigado por tanto correr— Yo...yo ya no puedo mas. — ambos fatigados se acostaron sobre el césped admirando al cielo lleno de estrellas por doquier—

Veronica: Son tan hermosas. Cuando era niña, le decía a mi padre que me cargara para poder tocar un estrella.

Jughead: Que tonta. — el se echó a reír y ella le acompañó debido a su sinceridad —

Veronica: Lo sé. — rió observándolo unos segundos en silencio y el lo supo de inmediato—

Jughead: No.

Veronica: Por favor. — ella sonrió haciendo ojos de cachorro —

Jughead: No voy a cargarte para que intentes agarrar una estrella. Veronica Lodge, ¿y tu madurez?

Veronica: La dejé atrás al correr contigo hasta acá.
— ella sonrió —

Jughead: No, ya dije que no y no es no. — ella lo observó en silencio por unos segundos —

Jughead: ¿Todavía no la alcanzas?

Veronica: Quieto y así talvez la logre alcanzar.

Jughead: ¡Veronica, ya me duele la espalada! — ella comenzó a reír y asintió —

Verónica: Unos segundos más.

Jughead: Que infantil eres.
— puso los ojos en blanco—

Veronica: Bien, listo. — aplaudió divertida — Y tú también. Será mejor que regresemos. — dijo entre risitas. —
  

Minutos luego, llegaron. Sus parejas ya se habían separado a otras habitaciones y fingían esperarlos. Creían que el engaño duraría para siempre aunque ya los descubrieron una vez.

Al día siguiente, Verónica los despertaba a cada uno con un rico desayuno y una sonrisa de oreja a oreja.

Veronica: Buenos Días.