Eᴘɪsᴏᴅɪᴏ 1

42 5 2
                                    

Aquella tarde me encontraba tumbada en mi cama leyendo una novela de terror, mientras la música clásica inundaba mis oídos gracias a mis auriculares

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquella tarde me encontraba tumbada en mi cama leyendo una novela de terror, mientras la música clásica inundaba mis oídos gracias a mis auriculares. 

Fue entonces cuando, por el rabillo del ojo, noté un movimiento junto a la puerta y vi como se movía el picaporte de esta.

El corazón se me aceleró al ver como giraba frenéticamente intentando que se abriera la puerta. Ante aquello, me quité los auriculares para poder percibir el chirrido característico que siempre hacía al girar y confirmé que aquello era real, que alguien intentaba entrar. 

Pero, ¿Quién podría ser? Mis padres se habían ido hace dos horas.

-¡Hoshi! Hazme el favor de abrir la puerta -escuché al otro lado.

Era Natsuki, mi mejor amiga de toda la vida.

Me levanté de mi cama y arrastré mis pies hasta la puerta, quité el pestillo y la encontré mirándome con una sonrisa.

Iba bastante arreglada, con una falda negra plisada y una camiseta roja que se amoldaba a su torso. Se había maquillado levemente a excepción de sus labios que los había hecho destacar con un pintalabios carmín, y sus ojos cafés que había decorado con un suave delineado. Su pelo color chocolate estaba ondulado, seguramente por haber usado la plancha que le regalé hace dos años en su cumpleaños.

-Te dije que usarás la copia de la llave para emergencias -le regañé mientras volvía a la calidez de mi cama.

-Es una emergencia -dijo acercándose a mi.

-¿Y de qué se trata? -pregunté mientras volvía a abrir mi libro.

-¡Llevo llamándote durante media hora! Te dije que hoy había partido y ¡mírate! Sigues en pijama -me regañó a lo que yo, como buena amiga, rodé mis ojos.

-Te he dicho miles de veces que no me interesa ese estúpido equipo de voleibol. 

-¡Oh, venga! Tienes que arreglarte para Yamamoto.

-¿Otra vez tengo que explicarte que no me gusta Yamamoto? -le dije empezando a molestarme.

Natsuki se había empeñado en intentar emparejarme con el receptor del Nekoma porque, supuestamente, haríamos una pareja ideal.

Ella pasó completamente de mis palabras y fue directa a mi armario.

Me levanté cabreada, fui hacía la de pelo castaño y cerré de un portazo el mueble.

-No voy a ir a animar a un chico que ni siquiera me interesa -dije con un tono frío, tanto que a mi misma se sorprendió.

Ese probablemente era mi mayor defecto: perder la paciencia rápidamente y enfadarme frecuentemente.

-Pues no lo hagas por él, ven a acompañarme para ver a Kuroo -me pidió y puso su cara de suplica, esa que siempre hacía que cambiara mi actitud y accediera.

❝𝐌𝐨𝐫𝐞 𝐭𝐡𝐚𝐧 𝒘𝒐𝒓𝒅𝒔❞ [𝖪𝗎𝗋𝗈𝗈 𝖳𝖾𝗍𝗌𝗎𝗋𝗈𝗎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora