❝𝐌𝐨𝐫𝐞 𝐭𝐡𝐚𝐧 𝒘𝒐𝒓𝒅𝒔❞ [𝖪𝗎𝗋𝗈𝗈 𝖳𝖾𝗍𝗌𝗎𝗋𝗈𝗎]

Eᴘɪsᴏᴅɪᴏ 2

Hubo un momento de silencio antes de que una nueva canción comenzara a sonar, más lenta y calmada que consiguió relajarme en cuanto su cantante comenzó a entonar las primeras notas.

Cogí mi teléfono para comprobar cual era aquella nueva canción que sonaba pero en vez de eso comprobé la hora que era.

17:24

El tiempo había pasado mucho más rápido en aquel gimnasio de voleibol. Por primera vez había sentido eso en cuanto a un deporte se trataba. Odiaba ver cualquier tipo de deporte en la televisión y mucho más practicarlo, pero esta vez era diferente. El voleibol había hecho que me interesará y había despertado cierta curiosidad en mi.

O a lo mejor era por culpa de Kuroo, por esa necesidad que tenía de demostrar que no era tan perfecto como lo pintaban.

Natsuki se acercó a mi y me indicó que me quitase mis auriculares.

-Ya vienen -me dijo casi histérica.

Por ese motivo me había puesto a oír música. Llevaba 15 minutos esperando con una mejor amiga que estaba de los nervios.

Me levanté del suelo y me sacudí la tierra de mi pantalón. Eché una última mirada a la copa del árbol donde había conseguido ver un pájaro de colores bastante llamativos, algo que no era nada normal porque la mayoría de aves de aquí tenía plumajes oscuros, pero supuse que era de alguien al que se le había escapado.

El equipo se acercó a nosotras y entre ellos pude distinguir a un chico del equipo rival, uno de cabello naranja que había sorprendido a todos con sus remates.

-¿Eres Hinata? -le preguntó Natsuki al nuevo, el cual se sorprendió y se puso nervioso al ver a mi amiga.

-Si -dijo mientras la castaña daba vueltas alrededor de él analizándolo.

Era bastante cómica la escena a decir verdad, sobre todo porque Hinata estaba siendo intimidado por una chica que era unos cinco centímetros más pequeña que él.

Me acerqué a Yaku que era de los pocos que conocía y que me caían bien de ese grupo. Él era compañero mío en mi antiguo instituto y de vez en cuando seguíamos hablando.

-Yaku -le salude mientras me acercaba quedando junto a él sin apartar nuestra vista de los dos chicos.

-Tsukanoma.

-Sabes que me puedes llamar Hoshi -lo mire.

-Lo sé, pero me sigue gustando molestarte - dijo mirándome con una sonrisa.

-Hay cosas que nunca cambian -le devolví la sonrisa.

-¿Qué te ha parecido el partido? -me preguntó con los brazos cruzados.

-No ha estado mal. Se te sigue dando bien hacer se libero, enano.

-Gracias -me dijo con una sonrisa más cálida.