EXTRA (Especial Soft)

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El amor es, en realidad, un diamante, es el tesoro más grande de los piratas, para ganarse este amor, hay quien está dispuesto a quemarse el alma y enfrentarse a la vida

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El amor es, en realidad, un diamante, es el tesoro más grande de los piratas, para ganarse este amor, hay quien está dispuesto a quemarse el alma y enfrentarse a la vida.

Solo hay dos errores que nos separan del amor: no empezar y no llegar hasta el final. Decidir no empezar fue la ruta que tomé y por tanto, hace demasiado tiempo que me siento sola.

Me gusta cuando estoy junto a ti, es una sensación muy agradable, porque es una de las pocas veces en las que mi corazón y mi mente se ponen de acuerdo para decir exactamente lo mismo: ¡que no se acabe nunca!

Borrar de nuestra vida a las personas que nos han hecho sufrir se vuelve, en ocasiones, la última trinchera para sentirnos mejor.

La felicidad puede ser algo difícil de conseguir, puedes buscarla durante toda tu vida, y quizá solo aparezca precisamente cuando dejas de ir detrás de ella. Y lo más curioso es cuando la felicidad viene en forma de persona, con nombres y apellidos, si eso te ocurre nunca jamás dejes escapar esa felicidad.

Tú, te convertiste en ese diamante que encontré por casualidad.

Tú, me hiciste empezar.

Tú, me hiciste olvidar.

Tú, eres mi felicidad Aizawa Shota.

____: ¡Agrgrg mierda!... no se me ocurre nada bueno... -el papel se hace una bola entre mis dedos, cansados de escribir durante horas, para después rodar por la mesa-

____: "Nunca se me dió bien expresar mis sentimientos ni emociones. Mucho menos cuando se trata del amor. "Amor"... estuve tanto tiempo sin sentirlo que olvidé la sensación de calidez que dejaba en tu cuerpo."

Eran las 3 de la mañana, el azabache se encontraba terminando su patrullaje mientras que ella se hallaba tratando de demostrar sus sentimientos plasmándolos en papel.

No era una chica de decir "te quiero", esas dos palabras solían quedarse atoradas en su garganta y nunca llegaban a salir. Al azabache no le importaba, él tampoco era de decirlo mucho, pero había una gran diferencia entre las veces que él le demostraba su amor y las veces que lo hacía ella.

Ella solía hacerlo con pequeños actos como esperarlo despierta hasta que llegase de su patrullaje o simplemente lavándole el pelo mientras él descansaba un poco su vista.

Pero sabía que existían momentos en los que lo único que necesitabas era simplemente escuchar un "te quiero".

El azabache entró en la casa en sumo silencio, a pesar de saber que lo más probable era que ella lo estuviese esperando mientras leía o se tomaba un café. Eso era algo que le encantaba, pero siempre le insistía en que no debía esperarlo, que debía estar durmiendo.

MARCHITA - Aizawa x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora