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El olor a café recién hecho se impregnaba en el aire del local. Yoongi era un chico perezoso, prefería dormir antes que cualquier otra cosa pero no le desagradaba trabajar en una de las cafeterías de Seúl.

Su sueldo era bueno por lo que no se quejaba, si quería irse a estudiar al extranjero debía ahorrar. El horario se ajustaba perfectamente a su vida diaria por lo que no tenía que buscar tiempo en sus descansos o en la madrugada para estudiar.

— ¡Yoongi! —bramó una voz grave— tienes 5 minutos de descanso.

El nombrado asintió con la cabeza y dejó el trapo que estaba usando para limpiar el mostrador, aquella mañana no había tantos clientes por lo que agradeció el poder tomar un poco de aire.

Salió por la puerta trasera del local mientras buscaba entre sus bolsillos su preciada cajetilla de tabaco junto el encendedor, dio un largo suspiro al encontrarlos. Tras encenderlo dio una calada, aspirando el humo para después soltarlo suavemente por la boca.

Era una sensación agradable.

Si su memoria no le fallaba su teléfono estuvo vibrando un rato en el bolsillo delantero de su uniforme. Una mueca extraña se formó en su rostro al ver las notificaciones en su pantalla.

« 5 llamadas perdidas de Jiminie <3 »

Como el chico curioso que era, tecleó el número que sabía perfectamente de memoria y lo llevó a su oreja, a la espera de recibir una respuesta.

Tres tonos sonaron, al cuarto una voz suave contestó del otro lado.

— Al habla Park, ¿quién es?

— Idiota, ¿acaso no compruebas el nombre de quien te llama? —dijo rodando los ojos, a pesar de que no le viese.

— Ya yoonie, siempre de tan buen humor —bromeó.

El apodo hizo que su corazón latiera rápido, dejaría pasar ese acto.

— Espero que tengas una buena excusa como respuesta de tus persistentes llamadas —inhaló el humo, sosteniéndolo por unos segundos en su boca.

— La hay —su afirmación le hizo soltar un pequeño ruido para que continuase— aunque más bien se trata de una pregunta.

— Dispara.

— ¿Sabes donde está Jungkook? llevo toda la mañana intentando comunicarme con él, supuse que tú sabrías donde estaba.

Recargó su peso en su pierna derecha y chasqueó la lengua, el castañito tampoco sabía contestar a las malditas llamadas.

— Estará trabajando, sobre esta hora no suele tomar el teléfono porque es cuando más ocupado está —relamió sus labios.

— Oh.

Por la respuesta de jimin, yoongi dedujo que aún no estaba enterado del trabajo de jungkook y él no era quien para hablar sobre la vida de los demás, y menos si se trataba de la vida de su mejor amigo.

— Hoy paso a verle, si quieres puedo-

— En realidad —contestó apresuradamente— no te llamé para hablar sobre mi hermano, solo fue una excusa.

Al ver la hora en su reloj tragó saliva. Sabía que, en cualquier momento, podía aparecer su jefe tras la puerta para reprenderle sobre el exceso de tiempo que estaba tomando de su descanso.

— Ve al grano jimin, no tengo todo el día —habló exasperado, odiaba que se enredara tanto.

— Es sobre lo que pasó en las navidades pasadas.

š„š‹ š‚š”š„šš“šŽ šƒš„š‹ š‚š‘šˆš€šƒšŽ | įµ—įµƒįµ‰įµįµ’įµ’įµDonde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora