3. Amenazas

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Cuando llegaron a la escena del crimen, no les pareció ver nada extraño más allá de que la vieja y abandonada fábrica estaba sucia y polvorienta.

-Robin, ¿estás seguro de que este es el lugar? - pregunta Starfire algo insegura.

-Eso es lo que arrojaba el radar - respondió el líder repasando mentalmente los datos que había visto en la computadora, asegurándose de no haberse equivocado.

-En efecto, mis jóvenes amigos - una voz que se les hacía familiar salía de entre los oscuros rincones del lugar, alertando a los cinco muchachos.

-Oigan, ese es... - dijo sorprendido Cyborg. Pero antes de que pudiera terminar de hablar, Robin completó su oración.

-Slade - escupió con odio.

-Nos volvemos a encontrar después de mucho tiempo, ¿no es así?

-No debiste regresar, pero estamos preparados para ti - amenazó Robin con voz firme.

-Ya extrañaba tus conmovedoras palabras de bienvenida, Robin - acto seguido, el villano bajó de un salto desde lo alto de una baranda hasta quedar frente a los titanes.

- ¿Qué es lo que quieres? - cuestionó el líder.

-Algo muy simple. Solo quiero una cosa - dicho esto, Slade inició una lucha cuerpo a cuerpo contra los jóvenes.

- ¡Titanes, ataquen! - dio la orden Robin.

Cada uno atacó a Slade de acuerdo con sus habilidades, pero el villano no parecía ni siquiera cansarse. Eran cinco contra uno, pero ese uno parecía estar ganando.

-Cielos, parece que Slade regresó con más fuerza - comentó el Chico bestia.

-Pero no por mucho tiempo - contestó Robin mientras se lanzaba en una lucha contra el enemigo, ambos peleando entre patadas y puñetazos, esquivando los movimientos del otro, hasta que Slade derribó al líder de los titanes de una patada. De la misma manera que hizo con él, evadió los movimientos de cada uno de los demás miembros del equipo juvenil, y aun así parecía estar ileso. En ese momento, el enmascarado saca un aparato y lo levanta para que los titanes puedan verlo, e inmediatamente presiona el botón haciendo que una alarma suene por un par de segundos. Esta abrió las tres puertas que estaban a la espalda de Slade, revelando a varios grupos de sus ejércitos robóticos. Los rostros de los cinco héroes se deformaron al ver la cantidad de secuaces. Eran muchos.

-Eso los mantendrá ocupados por un tiempo mientras yo busco lo que es mío.

Raven atacaba y se defendía de los secuaces de Slade moviendo objetos con sus habilidades. En ese momento, Slade da un salto y aparece delante de la joven, asustándola. Ella retrocede algunos pasos, pero no deja de luchar y responde a sus ataques. Se cubría cada vez que el villano intentaba propinarle puñetazos y cuando tenía la oportunidad, contestaba lanzando objetos que se encontraran a su alrededor.

-No pretendo luchar contigo - suelta Slade con una voz tranquila y deteniéndose. Raven lo miró confundida, aunque sin bajar la guardia, mantuvo su posición de ataque. -Así que puedes estar tranquila... por ahora.

De un instante a otro, un pedazo de lo que parecía ser el techo cayó detrás del villano, los pocos focos que aún estaban encendidos se apagaron, quedando todo en penumbras.

Raven estaba asustada, intentando mantener la guardia en medio de la oscuridad. Slade podría estar en cualquier parte. Entonces, un golpe en forma de puño fue directamente a su rostro, y ella cayó al suelo adolorida. Aún asustada, se levanta rápidamente y mira desesperadamente a su alrededor intentando ubicar a su atacante para poder defenderse esta vez. De pronto, un viejo foco se prende y la figura de Slade se hace presente ante la vista de la aterrorizada joven.

Rosas para RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora