Rosas para Raven

4. Miedo

La alarma resonaba en toda la torre T. Los cinco jóvenes se dirigen a la sala principal para revisar en la computadora la ubicación del crimen, la señal era clara. Slade había regresado.

Se aproximaron al punto del crimen lo más rápido posible, se trataba de nuevo de la vieja y abandonada fábrica. Con su cañón láser, Cyborg derribó la gran puerta de metal de la entrada del local; y rápidamente, los titanes ingresaron manteniendo una posición de ataque. Miraron a su alrededor con el fin ubicar al enemigo, pero Slade no estaba por ningún lado.

-Manténganse alerta, podría estar en cualquier parte - dio la orden Robin mientras poco a poco se dispersaban a medida que se adentraban en el oscuro lugar.

Raven, sin bajar la guardia, levitaba entre las columnas que sostenían la vieja fábrica cuando Slade la atacó desde arriba, saltando sobre ella. La tumbó al suelo posicionando sus manos a cada lado de su cabeza, pero la muchacha se defendió de una patada, haciendo que este se aparte. Pronto empezarían una pelea en la que Slade le propinaba puñetes y patadas mientras que Raven los esquivaba o aguantaba creando escudos de fuerza con sus poderes.

- ¡Raven! - oyó la voz de Robin a lo lejos. Esta giró la cabeza buscando al líder en medio de la oscuridad. Pero Slade parecía tener otros planes para sus amigos, y sacó un pequeño aparato en el que presionó un botón, provocando que diferentes partes del lugar empezaran a estallar, cayendo el techo y las columnas a pedazos.

- ¡Titanes, retirada! - gritó el líder.

- ¡Pero Raven...! Ella sigue adentro - esta vez quien habló fue el Chico bestia.

La joven hechicera se cubrió con un campo de fuerza por un momento, pero en cuanto deshizo este, un gran pedazo de pared estaba por caerle encima, cuando una fugaz sombra apareció y la apartó, salvándola en el acto. Al levantar el rostro, se dio cuenta de que quien la había salvado era ¿Slade? ¿Qué? La expresión de Raven era indescifrable, ni ella misma podía creer lo que acababa de suceder.

-Tengo mis razones - contestó el enmascarado.

Rápidamente, la joven se separó de él y quiso ir al encuentro con sus amigos, pero este se lo impidió jalándola del brazo. En ese instante, su comunicador amarillo cae de su cuerpo tras la sacudida, pero ninguno parece haberle prestado atención.

- ¡Suéltame! - exclamó Raven con asco.

-Tus amigos estarán bien... - siguió hablando Slade con su profunda voz - pero creo que deberías preocuparte más por ti misma...

Afuera de la fábrica, que estaba medio derrumbada, los cuatro titanes intentaban rastrear a Raven, cuando, para su mala suerte, un gran ejército de secuaces robóticos de Slade apareció frente a ellos.

- ¿Ahora qué? - agregó Cyborg.

-Luchar - contestó el líder, decidido.

...

Mientras los cuatro jóvenes se enfrentaban a aquellos soldados robóticos, Raven corría entre los escombros, intentando encontrar una salida, pero Slade volvió a aparecer ante ella como por arte de magia. La muchacha estaba sorprendida por esa nueva habilidad de Slade, pero aun así intentó defenderse con todas sus fuerzas. Con sus poderes, levantó una de las rocas que se encontraban en el suelo con el fin de lanzarlo hacia el villano, pero este simplemente lo esquivó devolviéndole una patada a Raven. Esta cae, pero inmediatamente se pone de pie y al ver a Slade llegar de nuevo con la mano hecha un puño, inconscientemente se cubre con ambos antebrazos. Vuelve a caer al piso, pero algo parece no estar bien. Algo no se siente como siempre.

Raven intenta desaparecer en el suelo, materializándose en la figura de un cuervo, pero le es imposible. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Y sus poderes? Apenas alza la mirada, vuelve a encontrarse con los puños de Slade impactando contra su rostro. Pero esta vez no dejaría que la vuelva a golpear, así que se levanta y corre lo más rápido que puede. Sus poderes no funcionaban, eso sí que era extraño. Es como si hubiera algo que no se sintiera como siempre. Había un sentimiento que no debería estar allí. Una sensación de intranquilidad la perseguía, de la misma manera que Slade lo hacía.