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Taehyung salió del edificio en el que se encontraba su oficina, observando el cielo sombrío y oscurecido, juntos a las nubes que iban tomando la forma de una simetría apretada para luego dejar caer pequeñas gotas a lo largo de las concurridas calles. Sacando un cigarrillo, para cesar el constante picor en su cuello, este desapareciendo cuando sus labios se encontraron con el delgado cigarrillo encendido.
Su auto se detuvo frente a su edificio, y Jackson se apresuró a salir de su posición como chófer para abrir la puerta. Taehyung tomo asiento en la parte trasera del auto, dejando salir un suspiro para sí mismo, aun con los músculos doloridos por el largo día de arduo trabajo legal.
—Para la casa de Jungkook— dijo Taehyung. Obteniendo la mirada de Jackson a través del espejo retrovisor.
—En realidad... um... la señorita Verónica está de regreso en su casa. Me dijo que lo llevara para allá—dijo Jackson, luciendo nervioso.
Taehyung frunció el ceño. —¿Ella está de vuelta?— preguntó, nada bueno podría salir con la vuelta inesperada de Verónica, mucho menos cuando la ultima charla que tuvieron no fue del todo buena.
Durante las dos ultimas semanas, desde que Taehyung le había dicho a Verónica que quería el divorcio, ella no había vuelto a casa. Quizás una o dos veces para ir a buscar ropa y evitando la presencia de Taehyung en esta, pero por lo demás, la vista de la casa que una vez fue memorable y llena de amor ahora le recordaba a Taehyung todo el dolor y a ella.
Verónica regresó a su ciudad natal, o eso era lo que suponía. Y de repente, había vuelto. La mandíbula de Taehyung se apretó. Con suerte, lo había llamado para discutir sobre los papeles del divorcio y obtener su firma de una vez por todas. Porque Taehyung quería ver a Jungkook.
Con Jungkook todo era más fácil. Más sencillo. Jungkook era hermoso en el dormitorio e igualmente fuera de él... Su delicada Moonflower. Todo en él hacía suspirar el corazón de Taehyung. Era un fresco día de verano en un invierno frío y abrasador.
Cuando el coche llegó a la casa y Taehyung salió de él bastante rápido, ignorando la leve llovizna que había empezado a descender. Abrió la puerta de la casa y entró, viendo las luces tenues en el estudio y en ningún otro lugar.
-¿Verónica?- Taehyung llamó, dejando escuchar una leve molestia en su tono. Se quitó el abrigo que traía y lo colgó en el perchero, tomando dirección hacia el estudio.
Verónica estaba apoyada contra la pared, junto al teléfono negro, con la bocina contra la oreja, escuchando. Estaba pálida y notó su presencia.
Taehyung intervino y sus ojos se dirigieron a los papeles de divorcio que estaban en su escritorio. Sin firmar, probablemente ni siquiera estén leídos.
Taehyung se burló. -Por supuesto. No podía esperar nada menos de la mujer más obstinada que conozco.- Taehyung la miró. Sus ojos estaban muy abiertos, vidriosos. -¿Por qué me hiciste a venir aquí? ¿Tienes un bolígrafo? ¿Es para firmar los papeles, Verónica? Si no es así, prefiero irme ahora-
